A mediados de agosto comenzaron las negociaciones entre el Ministerio de Salud, el Ministerio de Producción y Trabajo y los salones de eventos para habilitar los “Bailes Burbuja”. La idea sería que los integrantes de la mesa puedan pararse y bailar entre sí, una alternativa a la vieja pista de que ya se utiliza en otras provincias como Mendoza, Misiones, Salta y Río Negro y Buenos Aires.
Vanina Napoleoni, integrante de la agrupación Salones y Catering Unidos de Santa Fe, aclaró que no se presentó un nuevo protocolo y que esta idea fue propuesta hace aproximadamente cinco meses por la Cámara de Eventos y Afines de Santa Fe (Ceasf), pero no fue aprobada, por lo que realizarán un «simulacro de fiesta» para demostrar que el baile burbuja es seguro.
“Se hace alrededor de las mesas, no en la pista tradicional, o sea que la gente está dispersa por el salón y cerca de la mesa que le corresponde y que bailan los de la mesa, no es que vas a bailar con el de la mesa de al lado. Eso es el baile burbuja. Se busca la manera de dejar un lugar al lado de cada mesa para que haya espacio para que puedan bailar”, explicó la encargada de eventos. “Armarían sectores o cuadrículas con sogas donde la gente está adentro. Tienen que buscar la manera de que la gente no esté toda mezclada con toda, sino que nada más tengan contacto con su burbuja, con su grupo”.
Según Vanina, ya hubo fiestas electrónicas con esta modalidad en Santa Fe. Además, argumentó: “Los chicos todo el tiempo están juntos; vos no los dejás juntarse en un salón pero a la tarde se juntaron en una casa. A veces son 20, 30 chicos que están sin barbijos, sin ningún cuidado, y tampoco es que los casos se hayan disparado por eso”.
“Creemos que no está tanto el riesgo ahí, más ahora habiendo tanta gente por lo menos con una dosis sumado a todos los cuidados que uno tiene adentro de un salón”, opinó la representante del sector. “En los salones está todo desinfectado con mucho cuidado. Para pararte de la mesa les pedimos que se pongan el barbijo; para ir al baño van con barbijo; para ir al patio el que tiene que ir a fumar sale hasta el patio, se saca el barbijo para fumar y se lo vuelve a poner. Hay mucho cuidado dentro de un salón, está todo muy limpio. Creemos que no hay muchos argumentos para que nos sigan diciendo que no se puede”.
El simulacro de fiesta
Para evaluar cómo sería el desarrollo de la fiesta con esa modalidad se acordó realizar una fiesta de prueba con personas voluntarias y analistas del Ministerio de Salud. “Hacen una simulación de lo que sería una fiesta con gente que acepte ir, testearse antes y que después le hagan un seguimiento, porque lo que queremos probar es que no es exactamente en un evento donde se va a contagiar la gente”, contó Vanina.
“Este evento no es de una duración normal de seis o siete horas, sino que va a durar nada más que tres. Va a haber gente de Salud en el evento, mirando todo, evaluando qué es lo que hace la gente, cómo se comporta. La idea es ver qué resultados da, si hubo algún contagiado; nosotros esperamos que no porque ya hay mucha gente vacunada. Además de que van con un PCR negativo, o sea, es muy difícil que alguien se contagie ahí”.
Este simulacro de fiesta se realizará en Rosario pero aún no tiene fecha, ya que se está esperando la aprobación del gobernador. “En base al resultado de eso la idea es que después el Ministerio de Salud nos dé la aprobación de este protocolo que había sido presentado ya por el mes de abril”. El sector de los boliches también podría aplicar esta modalidad.
“Con esta prueba piloto debería haber una aprobación posterior, por lo menos mientras seguimos así, que los casos están en baja y que está todo más tranquilo”, opinó.
Los eventos postergados
La vocera reconoció que hay preocupación por una posible ola de contagios ante la llegada de la variante Delta. “No vienen buenas perspectivas, pero bueno, nosotros siempre venimos varios meses atrás, así que por ahí podemos llegar a tener dos o tres meses de margen, como para poder trabajar hasta que venga la próxima ola”.
Este período de tregua sería clave para los trabajadores, ya que podrían ponerse al día con los eventos contratados antes de la pandemia y que quieren baile sí o sí. “Tenemos muchas fiestas que están postergadas hasta que se pueda bailar, entonces en el momento en que nosotros digamos que con burbujas se puede toda, esta gente nos va a decir «lo hacemos el mes que viene», y se organizan medio rápido porque es gente que ya tiene contratado el catering, contratado casi todo, tiene que confirmar la fecha nomás. Nos serviría para eso, para que ya cumplamos con todos estos clientes que en realidad están esperando desde hace casi dos años”, explicó Vanina.
Aunque la pandemia siempre está amenazante, la experta notó que la gente está más tranquila y está empezando a reservar para 2022, aunque al momento de firmar el contrato ya se avisa que no se pueda garantizar baile, aforo ni horario. “La gente me dice «bueno, no importa, haremos lo que se pueda» y están un poco más relajados. El tema son los anteriores, los que ya contrataron con la expectativa de baile que tenían todo organizado y que muchos quieren eso, no quieren otra cosa; es diferente el nuevo que ya acepta la condición de entrada, es muy distinto”, dijo Vanina.
Y agregó: “Se está poniendo de moda el tema de los juegos en las mesas, que no tienen que moverse ni levantarse ni nada, solamente se elige un capitán por mesa para llevar lo que tengan que llevar; y la verdad que es una opción alternativa para poder pasar una tarde divertida. La gente cuando le encuentra la onda al juego que ven que se redivierten, quizás eso quede ya”.
Proteger los salones
Finalmente, aseguró que la mayoría que los salones están recibiendo el subsidio del Ministerio de Producción que ayuda a solventar algunos gastos mínimos como para hacer el mantenimiento de la estructura comercial. “Te dan esta ayuda y en algunos casos los que tienen empleados los están ayudando con la Repro, que cobran un porcentaje de los sueldos que tienen que estar pagando para no tener que despedir”.
“Se está tratando de mantener la estructura para que después no nos quedemos sin salones de fiesta en Santa Fe. Desde ese punto de vista estamos agradecidos con la provincia, porque la verdad es que nos están dando una mano”, remarcó. “La mayoría ha tenido que hacer otras cosas por otro lado para poder sobrevivir, para mantener su familia y todo, pero por lo menos sirve para no tener que cerrar los salones definitivamente”.