A una semana de la contienda electoral, el resultado ratificó lo que a todas voces se manifestaba en la previa. En las mesas de café, como en las charlas del trabajo, todo indicaba lo que terminaron diciendo las urnas. Habia que contar los votos, nada más.
El Gobierno local ya habia dado claras muestras que la «gente» habia decidido acompañarlo, a pesar de un año dificil, la gestión de la Intendente Dupouy estaba bien ponderada. La oposición tambien sabia, y lo veníamos adelantando en esta columna, que lo único que le quedaba era no irse del todo, y pelear por la tercera «banca», y asi sucedió.
Pero los resultados ya están puestos, y ahora se viene la verdadera lectura, puertas adentro, de como están dadas las cosas en el marco de la realidad. Si uno no pone su mirada en la lectura correcta de este resultado, dificilmente tenga una brujula correcta hacia la próxima meta, el 2023.
En el Gobierno hay una enorme responsabilidad que es la de administrar el 64% de un electorado, que como nunca apareció con fuerza para apoyar a toda costa lo que se viene haciendo. Pero eso ya empieza a ser historia. La meta del Gobierno será no bajar esa confianza que originó en los ceresinos de todas las clases sociales, y barrios de la ciudad. Sabe que el triunfo se consiguió basados en puntos claros, la transparencia de la gestión, el respeto a la diversidad, y fundamentalmente en la integración y participación de la comunidad a las acciones impulsadas. Esa fue una de las principales claves del fenomeno electoral del domingo. Mientras el Gobierno asuma que sobre sus espaldas se ha cargado una enorme mochila, como la de mantener a todos los espacios en accion, dentro y fuera de la gestión, la gente mantendrá su voto de confianza. Dupouy arengó en medio de los festejos que Ceres necesita avanzar en un programa de obras estructurales. Y ese será el desafío, pero no fue casual lo que manifestó la Intendente en el acto, lo expresó porque sabe que no está sola en la busqueda de esos fondos, «tiene el espaldarazo de la ciudadania». Ese caudal de confianza es vital para que la mirada de la provincia, y hasta de Nación cambien sobre esta ciudad. Si la provincia y el estado nacional no lo hacen, corren el serio riesgo de sufrir una derrota electoral aun peor en el 2023.
En este ámbito, la oposición, que rasguño el 35% (sumados Busquets y Lancellotti), casi el mismo número del Frente de Todos en las nacionales, también deberá ser prolija hacia adelante. El peronismo ya sabe, como primer diagnóstico, que perdió más de 14 puntos del 2019 al 2021. Los votos aquellos que supieron sostener en el poder al Justicialismo en la ciudad, ya no existen, se marcharon. Y no los tienen ni Busquets, ni Giovannini, directamente ya no están más. Hoy son del Gobierno de la Ciudad. Porque está claro que el número de Dutto y Meshler superó incluso a las encuestas más escuchadas puertas adentro del Gobierno. Sorprendiendo hasta a los propios asesores de la campaña del oficialismo. Vienen tiempos de trabajar por parte de la oposición sin tanta rasgaduras de vestiduras, y con pie de plomo. Si no consigue la unidad partidaria su destino será incierto hacia el 2023. Tendrá que encontrar varias cosas, primero el de convertirse en serio en una oposición responsable y con ideas serias. En el Concejo, aun un bastión de poder diminuto, deberá prestar atención a su posición a la hora de tratar o proponer. Camina por un filo político muy cerca del precipicio. Además deberá, en medio de los dos años que se vienen, empezar a mostrar un candidato que pueda pelear contra el liderazgo de la ciudad. Busquets y Giovannini no parecen ser las opciones para el 2023, gastaron la polvora y la bala de plata en estas elecciones, y la gente sentenció su destino.Encontrar un mismo camino que transitar será primordial hacia el primer semestre del año que viene.
Como lo habiamos citado en una editorial como esta, hace ya varios meses, los hombres y mujeres que alguna vez se sentaron en las mesas de decisiones y acompañaron aquellos años del Justicialismo hoy ya permanecen solo en el recuerdo. La salida a la busqueda de nuevas figuras, esas que aun no han sufrido el desgaste propio del poder absoluto, se convierte en más que necesario. El baño de realidad del domingo ha mostrado el tránsito de «la realidad», al fin y al cabo, como lo sostiene el mismo lider del movimiento peronista, «es la unica verdad«.
Martin Farias