La politica suele ser ingrata, principalmente cuando el trazo grueso, se afina deliberadamente. En la politica de entrecasa hay una simpatia por quedar expuestos, y asumiendo riesgos por los agoreros externos.
En la busqueda constante de no quedar borrados del mapa se urgan grietas, para sumar cizaña. En este ritmo se ha decidido volver, por lo menos desde el lugar que supone el «debate» de politicas.
Es mentira que el Concejo tenga unanimidad en la resolución de las cuestiones que se imponen en agenda. El consenso es mentiroso, y se lo quiere pintar desde los sectores de la oposición como «logro» y pintar a los lobos de «corderos».
Es una estrategia, pero es dificil de que se disimule. Hacer creer que el dulce de leche es parecido a la mermelada, es para la «gilada».
Peor aun, se quiere pintar de ideológico, y de que los que hicieron muchas cosas mal, ahora las hacen bien, es un argumento, como mínimo, «desgastado».
Los Concejales del oficialismo cayeron indefectiblemente en la impericia de la inexperiencia. Algun asesor, de los allegados al Gobierno, manifestaba hace algunos dias atrás, y tras una muy pobre sesión donde solo se abordaron minutas, que los tres concejales de la bancada oficial fueron envueltos en la sabana pergeñada desde las afueras. Querer mostrarse como un Concejo de la «unanimidad» muchas veces queda rozando el «espanto».
Este mismo allegado al gobierno de la Intendente Dupouy resaltó con total razón, tomaron «una posición indefendible». Es que a las pruebas vale remitirse. La oposición no tiene muchas más cosas que proponer que empezar poco a poco cuestionar, y lo hace para confundir. Con el viejo guión de que la «gente los votó» para sentarse en la silla del reacondicionado edificio ferroviario, pergeñan el embate contra los reales intereses de la gente.
Este es un momento dificil, en un contexto economico pésimo por la impericia gubernamental de quienes estan para decidir el destino de toda una nación, y lo hacen al «revés».
Pero nadie va hacerse cargo en las filas del Concejo de los desaciertos de nación. Porque realmente aquellas promesas de gestionar ante autoridades nacionales, o provinciales soluciones a la problemática ceresina, quedaron lejos, o tal vez se estén escribiendo en la máquina invisible del Jefe «Gorgory» de Los Simpsons.
Antes de que alguien recuerde promesas de campaña, hay que salir a buscar no quedar en el anonimato absoluto, y buscar una grieta por donde entrar, y que algun ciudadano se de cuenta que «viven».
Es tanta la desidia de quienes deben defender banderas opositoras que todo lo que escriben o dicen ya está muy «trillado».
Pasó esta semana, de no haber nada positivo para debatir, discutir, e impulsar con ideas propias, tuvieron que recurrir a una denuncia del SITRAM por la situación de la Casa de Abrigo, y a una nota periodistica por la apertura comercial del viernes 17 de junio, dia del recordatorio al prócer gaucho Martin Miguel de Guemes.
Asi se manejaron, quisieron sacar provecho de dos temas archiconocidos en lo mediático, y con situaciones definidas por parte de los propios involucrados.
Piden explicaciones al Gobierno, porque al fin y al cabo, la idea es atacar al Gobierno con el argumento que se pueda, no importa lo que pase después, es estar en alguna nota periodistica para decir «no calentamos las sillas» y venimos a trabajar de concejales. Lo dudamos desde el primer día.
Pareció raro que no se pidan rendiciones de cuentas de la gira de la Intendente Alejandra Dupouy por Portugal o la de Dianela Bertorello por Chile, tal vez el tema medioambiental y la inversión que se hace con el aporte de todos los vecinos «no interesa» en el Concejo. Pero hay un montón de temas que deberian interesarle al legislativo y lo hacen pasar de largo. Por ejemplo, no buscar «rescatar» con los contactos «peronistas» en la provincia aportes que se le negaron a toda la ciudad de Ceres para celebrar los 130 años, o elevar una nota al Director regional, o al Ministerio de Educación consultando sobre los motivos por los cuales se niega el asueto a los establecimientos educativos de todos los niveles, para sumarlos a la celebración.
Es claro que esto no se gestiona, sencillamente porque no interesa sumar, el real interes es «buscar y proponer» lo destructivo. Intentar armar cuadros dudosos y acicalar con el mismo guión de los «agoreros del mal».
No es tan dificil describir el rol de estos tiempos, donde se busca talar el árbol, pero lo están haciendo desde la copa. No es raro, es «oportunismo», asi le llaman en el mundo, y quedó muy evidente, cuando criticaron la apertura comercial del 17 de junio, y convocan a una funcionaria para explicar los motivos 5 dias después. Al fin y al cabo no hay «otra verdad más que la realidad» lo decía Perón, y tenía razón.
Martin Farias