En pocas horas, el video de la riña entre algunos frente al Club Central tras una fiesta de egresados, y otro video de la agresión a una menor de edad frente a su casa, cambiaron la brújula de la semana.
Volvimos a la «vieja normalidad» y no precisamente porque el Covid 19 se haya ido, todo lo contrario. Fue el Hospital el que detonó la cuestión, con un comunicado breve pero contundente. «En 30 dias, la cifra de jovenes atendidos en guardia hospitalaria por agresiones o riñas callejeras trepó al 80%». Ese solo párrafo bastó para que la ciudad se «preocupe por lo que ocurre en horas del merecido descanso».
La politica tuvo que asegurar que se piensa en un trabajo mancomunado de fuerzas para evitar estos disturbios y peleas. La Intendente, rápida de reflejo, convocó a su equipo de Desarrollo Humano y en pocas horas habia un consejo consultivo de distintos estamentos de la ciudad tratando la problemática. El Concejo quiso moverse rápido también, Busquets movió los hilos para una reunión extraordinaria y se firme el petitorio para que se renueve a una convocatoria a la Junta de Defensa Civil. La avalaron los seis ediles. Tal vez desconociendo que este tema ya se había planteado en la última convocatoria de Junta. Probablemente en el apuro, el Presidente del Concejo no recordó todos los puntos abordados en ese documento final de la misma, y acompañó el pedido de Busquets. Un dato, desde la vuelta de la pandemia, ¿se aplicaban las ordenanzas que ya fueron establecidas en 2011- hace 10 años- sobre expendio de bebidas en los locales bailables una hora antes del cierre y la de la prohibición de ingreso a los lugares bailables a los menores de 16 años? Se le pasó al Concejo requerir un informe sobre esta situación.
En su ultima alocución al respecto, la Intendente marco que se profundizará la aplicación de ambas leyes locales desde este fin de semana. Osea, «clarisimo está que no se estaban aplicando» y tal vez esa dilación haya tenido que ver con la pandemia y su impacto económico sobre el sector de la nocturnidad.
Repasado esto, y esperando que las mismas puedan cumplirse, como ocurrió en viejos tiempos, habrá que dotar esas decisiones de otras. La policia se abrió a la posibilidad de sumar agentes y moviles para estos próximos dos fines de semana. Pero ¿alcanza?-. Tal vez no, porque todos los que medianamente conocen la situación saben que cualquier agente policial está muy «limitado» en su accionar, mucho más cuando se trata de menores. La policia brindará presencia, eso intimida a violentos, chorros, y otras yerbas.- Actuará cuando deba hacerlo, pero hay un rol que no puede cumplir la policia, el Gobierno de la Ciudad, y los Concejales, que es el «ser niñero» de los chiquitos violentos. Ese concepto es el que se ha perdido. Livianos de cuerpo algunos moralistas oportunistas hablan que «el pagar impuestos les da derecho como ciudadanos que ellos y sus hijos puedan hacer lo que quieran» y acá está uno de los graves errores.
La salud pública está dispuesta a atender todo tipo de afecciones contra la salud individual, no está solamente disponible para atender «peleadores heridos». Las autoridades gubernamentales no fueron elegidas para «cuidar» chiquitos violentos. Tampoco la policia fue concebida como fuerza solo para que las nenas y los nenes no se peleen. La pandemia no nos hizo mejores, todo lo contrario. Hay un sector que todavia considera que el estado está concebido solo para ellos. Un gravisimo error. El amparo de las leyes que impiden condenar a menores ladrones, asesinos, violentos y hasta violadores, son cómplices de este momento. Todos tenemos un mapa de la cuestión. Nadie lo ignora.
Ese mismo núcleo, sostiene que la familia no pesa, no debe hacer nada, pero que si debe intervenir si a su adorado «menor de edad» quieren reprenderlo, usando la tablita de los derechos, sin haber observado antes el de las obligaciones. Esto no es nuevo, pasó siempre. Estas últimas peleas originaron revuelo, y movieron la estantería. La sociedad atraviesa un flagelo enorme, mezclado con la pandemia, las perdidas por la misma, la situacion economica y social, todos estos condimentos hacen que la olla levante demasiada presión.
Hay compromisos asumidos, las patas del estado activaron sus áreas, pero sin la pata del núcleo familiar, y una posición firme ante sus propios hijos, todo lo demas no servirá de nada.
¡Feliz Navidad queridos lectores!
Martin Farias.