Escenario pospandemia, aceitar el vínculo de la Casa Gris con la Legislatura santafesina y consolidar los acuerdos en el peronismo son los principales objetivos que acompañarán los cambios en el gabinete que, a comienzos de la semana próxima, oficializará el gobernador Omar Perotti.

La reconfiguración del equipo de trabajo del rafaelino estaba prevista para fines de 2020, pero las consecuencias políticas de la causa judicial en la que se investiga el juego clandestino —que sacudió al oficialismo— y el rebrote de Covid-19 en territorio santafesino modificaron los plazos iniciales.

El retoque ministerial fue adelantado casi tres meses atrás por el propio mandatario provincial y terminó acelerando la salida de Esteban Borgonovo del estratégico Ministerio de Gobierno, Justicia, Derechos Humanos y Diversidad (desde entonces vacante).

Por lo pronto, en la vereda oficialista ya nadie duda que el ministro de Trabajo santafesino, Roberto Sukerman, ocupará el despacho que dejó libre Borgonovo.

“Roberto está desde el principio en el gabinete, mantiene un alto perfil en tiempos de pandemia y maneja la agenda legislativa”, deslizaron en el entorno de Perotti sobre Sukerman.

Pero otra clave de los cambios en el staff de Perotti es la intención de preservar la “unidad en la diversidad”, premisa que marcó el triunfo peronista en las urnas en 2019, de cara al año electoral que despunta. Sukerman se enrola en La Corriente, el espacio que lidera el ministro de Defensa nacional, Agustín Rossi.

Lo propio ocurre con el concejal rosarino Eduardo Toniolli, referente del Movimiento Evita. El flamante secretario general del PJ provincial está nominado para un puesto en Gobierno o en la cartera laboral. La poltrona que libera Sukerman, en tanto, será ocupada por Juan Manuel Pusineri, actual secretario de Trabajo.

El nuevo esquema ministerial también ubica al secretario de Articulación de Políticas Públicas, Marcos Corach (una de las espadas de Perotti), al frente de la cartera de Gestión Pública, cuyo titular, Rubén Michlig, piloteará una jefatura de asesores del Ejecutivo. Un cambio de rol diseñado para acrecentar el “volumen político” de la administración y mejorar los canales de comunicación con las Cámaras alta y baja.

Respecto de la Legislatura, la fragmentación en tres del oficialismo en el Senado, como consecuencia del affaire del juego ilegal, y la relación con Diputadas y Diputados (con mayoría opositora) en un 2021 electoral constituyen todo un desafío para la Gobernación. Y es otro factor de peso para la reformulación del gabinete.

“Tonificar la política territorial y la relación con ambas Cámaras son los objetivos a alcanzar por Sukerman, Corach, Michlig, José Luis Freyre (secretario de Integración y Fortalecimiento Institucional) y Carlos Kaufmann (subsecretario de Comunas)”, adelantaron en los pasillos de la Casa Gris, donde especularon con que el lunes saldrá a la luz nuevo equipo de trabajo del mandatario provincial.

A fines de octubre pasado, Perotti había admitido que preparaba para el cierre de 2020 un cambio destinado a revertir problemas políticos y de gestión (al filo de cumplir doce meses de su asunción). A su vez, la irrupción de la pandemia en la provincia abonó la necesidad de barajar y dar de nuevo.

Pocos días después, Borgonovo anunció su salida del Ejecutivo. “Siento que es imposible trabajar sin un respaldo firme y explícito del gobernador. Es una tarea delicada y permanente”, argumentó el rosarino.

En el nuevo esquema se mantienen firmes el ministro de Economía provincial, Walter Agosto, y su par de Seguridad, Marcelo Sain. Y en las próximas horas quedará definido si el secretario de Turismo, el periodista Alejandro Grandinetti, asume el rol de vocero del Ejecutivo que dejó vacante su par Leonardo Ricciardino.

De hecho, Grandinetti ofició en reiteradas oportunidades de vocero en el marco de la emergencia sanitaria impuesta por el Covid-19.