Esta vez, en medio de un mundo que se ha vuelto loco, desacomodado y hasta muy incoherente, no podemos aun salir del mundo del «asombro».
Esta tarde un grupo de jovenes, de un establecimiento secundario local, en un comercio céntrico comentaban sobre lo «muy lindo» que se va a poner el mes de octubre y noviembre, y hasta los bailables de diciembre porque «la pandemia» ya fue, y ahora están todos «sueltos».
La conversación entre los «chicos» era muy divertida, hasta que una persona mayor les preguntó «y como andan en la escuela, se pusieron al día, están aprendiendo?».
En ese momento uno de ellos se sorprendió, y con una sonrisa burlista le explicó en dos palabras a esta persona adulta que «una semana en la escuela, la otra en mi casa». Claro, que la cara de la persona que consultó sobre la escolaridad de los chicos, «cambió». Los estudiantes se fueron, y ahi vino el cruce de quienes estabamos en ese momento compartiendo la misma caja.
¿Como es la cuestión, cual es el problema de que los chicos vayan todos a la escuela, si se cansaron los politicos de anunciar presencialidad plena en todas las escuelas del pais?
¿Cuales son los inconvenientes de que todos los chicos vayan a una misma aula, si esos mismos jovenes después estan todo el dia juntos, en todo tipo de actividades?
¿La prioridad antes de largar todos, exigir que los aforos en las jodas sean más grandes, que se acumule más gente, que haya canchas con público, que se permita bailar, y hasta armar los populares danzantes, son más importantes que asegurar escolaridad plena?
¿Cuales son los miedos, el Covid es contagiador en una aula, porque no hay 90 centimetros entre los bancos, a pesar que los alumnos estén con barbijo, y no contagia más en una fiesta de las que se les ocurra celebrar. En que estamos pensando cuando tomamos decisiones?. Esta pregunta es para todo el largo y amplio abaníco de dirigentes, todos, sin excepción.
Lamentablemente, en Ceres hay establecimientos educativos de nivel secundario que trabajan «en burbujas» si la misma metodología que existía cuando la pandemia acechaba, y se llevaba muchas vidas diariamente. Esa segunda ola ya pasó, y los dirigentes politicos se acordaron de asegurarse las «festicholas», y dejar afuera del radar a la escolaridad. Y no vengamos a rediscutir si se aprende igual o desigual detrás de una computadora. No es la discusión. Pero pongamos solo un «cachito» de coherencia, ¿con todos los eventos, festicholas, salidas, andanzas, en un mundo que dice haber entrado a la nueva normalidad, ¿los chicos igualmente aprenden detrás de una PC. La prenden a la PC, quien puede asegurarnos eso.
Es necesario, fundamental, y sin dilaciones que todos los chicos de todos los niveles retornen a las aulas, porque si se permiten abarrotamientos de gente, sin piedad, es imperioso que las aulas alberguen a todos, y si esas aulas no aseguran los protocolos, que aun algun quieren hacer creer que se respetan, que busquen alternativas, pero los chicos a las escuelas, y más controles y protocolos donde debe haberlos, si es que aun alguien quiere respetarlos.
MARTIN FARIAS
