«Hace cuatro meses que estamos acá instalados y sólo pudimos hacer cuatro funciones”, contó Marcos Yovanovich. El circo Gueorgue pone a la venta varios vehículos, para así poder pagar cuentas».

El circo arribó a Morteros dos semanas antes de que fuera declarada la cuarentena, debido a la pandemia por el Covid.

“Se fue complicando y nosotros vivimos del circo, que contaba con unas 60 personas y ahora quedamos 25”, recalca Marcos, quien agrega que para poder subsistir venden “pan casero, tortas asadas o churros”.

Al declararse el aislamiento obligatorio, muchos de los integrantes partieron hacia sus respectivas casas: Buenos Aires, Entre Ríos o Bahía Blanca, por ejemplo.

No obstante, “de tan mal que venimos, ahora decidimos vender algunos de nuestros vehículos, para poder pagar cuentas que tenemos”.

“No soy de vender cosas, pero la situación nos lleva a esto”, resalta Marcos. Un camión, una camioneta y dos vehículos están puestos a la venta.

Todos los días, menos los domingos, los integrantes del circo salen por el barrio Urquiza a vender lo que producen: churros, tortas asadas, pan casero y algodones de azúcar. “Lo hacemos para poder comer”, asegura.

Marcos agradeció a toda la gente que, al principio, les trajo mercadería: “ahora eso ya se cortó y tenemos que arreglarnos por nuestra cuenta”, reconoce el propietario del circo.

Las raíces del circo son yugoslavas, ya que los tatarabuelos de Marcos cruzaron el Atlántico y arribaron a nuestro país tiempo atrás: “no tenían carpa e iban a las plazas; hacían las funciones como artistas callejeros, con animales”.

También recuerda que sus antepasados hicieron “la primera carpa con bolsas arpilleras”.

El circo Gueorgue venía de actuar en Suardi y, tras estar en Morteros, debía seguir hacia Brinkmann: “cuando pase todo esto, calculo que vamos abrir acá y luego seguiremos haciendo la gira”.

AM 1530 Morteros