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«Ganó Milei, punto y aparte»

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Arrasó Milei. La Libertad Avanza explotó un discurso que llegó a todas las masas. No solo lo votó el jovencito inexperto en elecciones, pero experto en redes sociales. Los más de 7 millones de votos que obtuvo Javier Milei, porque el tema es el, el hombre que fabricó esta fuerza política, no son de 7 millones de nenes, o niños, o adolescentes internautas y buenos para los juegos virtuales. A Milei lo votó el laburante, el joven que no encuentra trabajo, el laburante de mediodia, el vecino cansado del robo al menudeo, el argentino que se hartó del gasto enorme para mantener tantas estructuras que pocas veces se explican para que sirven dentro de las esferas gubernamentales. Pero tambien lo votaron gringos de campo adentro, como muchos empleados informales que tienen un monotributo para compensar lo que una ley laboral no puede otorgarles. Son más de 7 millones de personas que de todas las edades, y de todas los extractos sociales han visto en este Diputado en soledad, una persona que pretende ir por otro lado.

No hay que subestimar jamás al elector. Si se lo invita a votar, hay que bancarse el voto. Esta vez esa elección primaria se inclinó para el sujeto que sin estructuras, ni grandes carteles o pasacalles demostró que un mensaje claro, penetra más que cientos de afiches, spots televisivos, y parafernalia de pan y circo. No hay que defenestrar al candidato por su ideología, porque está muy claro que si los que gobiernan, o gobernaron se pararon en las antípodas de Milei, algo o mucho mal han hecho. Es sencillo entenderlo, cuando algo viene bien la gente no lo cambia, la gente no sale de su zona de confort. Pero es evidente que acá las cosas no están bien, y no es factor de este ultimo lustro, hace rato que las cosas para la gente vienen virando hacia lo incomprensible. En esta misma columna hemos venido advirtiendo sobre los altos índices de pobreza, la saturación de gastos politicos desmezurados, mucho para el que tiene un cargo politico, poco para la plebe. Esto es innegable. No querer verlo o decirlo, es mentirse a uno mismo.

Milei sabia que entraba a una contienda donde había dos facciones claramente acomodadas en el mapa electoral. No enró para ver que pasa y escaparse como rata por tirante. Entró, y jugó con su oratoria, su imagen y sin tantas luces marquetineras. No es cierto que Milei haya sido un invento de un canal de televisión, al contrario, fue uno de los candidatos más vapuleados de este proceso electoral. Le pegaron a más no poder, tratandolo de insano y de tantas otras cosas que sería larga la lista para poder escribirlas. Milei solo sabia que contaba con el apoyo de la gente. Lo sabia desde el día que se sentó en una banca de diputado. Tal fue la confianza que decidió solo confiar en su compañera de bancada para armar una fórmula presidencial. Y ganó. Pero ganó sin engaños, se mostró tal cual es, sin maquillajes obscenos. Se paró siempre en la misma linea, no negoció alianzas electorales, ni nada de lo que hoy pareciera estar de moda. No tuvo que rendir pleitesía a ninguno por encima de él. No respondió a ningún partido ortodoxo. Y con esos argumentos, que para algunos son un paquete diseñado para un loco, salió a decirle a la gente lo que quería hacer. Tenia poco para perder. Pero mucho para ganar, y es lo que hizo. Ganó en lugares donde jamás perdió un partido político, llamese peronismo o radicalismo, o del partido que uno desee poner en este renglón. Ganó en pueblos pobres, en los ricos, en las provincias donde hay mandamases, como asi tambien en las que se dicen ser la columna vertebral del voto nacional. Claro, perdió en algunas, porque si no lo hacia, el papelón de los otros candidatos iba a ser mucho mayor.  El peronismo salvó la ropa con las colosales estructuras gubernamentales de provincia de Buenos Aires, Santiago del Estero, Catamarca, Chaco y Formosa, cinco provincias donde el peronismo gobierna a placer y donde el voto está cautivo. Juntos por Cambio vivió una jornada electoral terrible, porque solo defendieron los colores amarillos Entre Rios, Corrientes y Ciudad de Buenos. Hubiera sido un verdadero caos que Milei les arrebate el bastion PRO; que es la capital del pais. Pero para el libertario hubo un sabor especial, ganó en Santa Cruz, el pesebre del Kirchnerismo, se impuso en provincias como Mendoza, Neuquen, Santa Fe, Cordoba, la Jerusalem de Juntos por el Cambio ganandole incluso al propio Schiaretti, y se hizo de Tucuman, donde jamas un partido que no sea Justicialista se pudo imponer. Pero tambien ganó en la Antartida, donde hay cientificos con sueldos estatales, y le ganó a todos en el territorio del «litio» Jujuy y la Linda de Salta. Simplemente arrasó. Federalizó el pais con el desparpajo del grito Viva la Libertad Carajo.

Algo debe haber entendido Milei, para que un jujeño, y un habitante de Tierra del Fuego confíen su futuro cercano a su persona. Algo debe tener el pueblo argentino para desear que Milei sea el gran cambio que todos esperan. No hay que apurar el banquillo de los acusados para buscar culpables y ejecutarlos el mismo día de la sentencia. Hay que entender al pueblo y después buscar entender el mensaje del libertario. No puede haber una lectura de atrás para adelante, esto no es un diario donde se arranca leyendo la última página porque vienen los chistes o el horóscopo. Hay que entender que no se gana una elección en la televisión, ni en la radio, o en una plataforma de internet. Se gana con mensaje claro, preciso, ni atisbos ni miedos. Ser auténtico cotiza mucho en el mercado electoral. La gente no tiene bronca, no es voto bronca el que puso a Milei como ganador del domingo PASO, la gente quiere cambios notorios, quiere ver el paisaje del atardecer pero a la tarde, no que se lo pinten de mañana. La gente no quiere más mentiras. Punto y aparte.

MARTIN FARIAS