En un panorama de actividades prácticamente sin restricciones, y con una nueva ley de alquileres vigente hace un año y medio, la búsqueda de vivienda por parte de los estudiantes universitarios se reactivó y está superando la oferta de departamentos en la ciudad.
“Están volviendo muchos de los estudiantes que se fueron, más todos los estudiantes que generalmente vienen año tras año a la ciudad”, dijo el presidente de la Cámara de Empresas y Corredores Inmobiliarios de Santa Fe, Walter Govone. “Muchos de aquellos que se habían ido hoy están volviendo, entonces eso también está llevando a que haya una gran demanda, a pesar de que estamos arrancando el año, y hay poca oferta de departamentos para estudiantes”.
Esta situación, según Govone, se debe a que hay muchos edificios en construcción, pero cuando se terminen esa demanda quedará cubierta. Pero hoy, está superando a las viviendas disponibles.
Un dato ilustrativo es que el número de inscriptos para cursar carreras presenciales de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) para este 2022 creció 4% respecto del año anterior y, según sus autoridades, de la provincia de Santa Fe hay 7.500 inscriptos, en tanto 2.130 son de distintas localidades de Entre Ríos y 80 provienen de Córdoba.
“No hay mucha oferta y al estudiante se le hace cada vez más difícil poder alquilar”, coincidió Pedro Peralta, integrante santafesino del Frente Nacional de Inquilinos. “Ya de por sí el alquiler siempre fue un tema para las familias que son las que bancan el alquiler, sumado el costo de vida que se incrementó muchísimo, y hoy cada vez es más difícil para estudiar”.
La oferta y los precios
Según el representante de los inmobiliarios, desde fines de noviembre comenzaron a llegar los primeros estudiantes a la ciudad: “los que se fueron y están volviendo más los nuevos que ingresan este año”.
“Es como que se armó un pequeño cuello de botella en esta temporada porque hubo bastante más demanda”, remarcó.
El representante del sector contó que actualmente un departamento es visitado por tres o cuatro interesados en un día, y que llaman en el día para reservar y ya otra persona se les adelantó. “Nos gustaría tener más departamentos porque se alquilarían; ojalá pudiéramos tener cubierta la demanda con la oferta, pero en este momento está complicado”, expresó.
Según Govone, alquilar en la zona central de la ciudad (entre los bulevares) puede costar:
Un departamento monoambiente desde 20.000 pesos para arriba.
Un departamento de un dormitorio desde 24.000 pesos para arriba.
Un departamento de dos dormitorios desde 30.000 pesos para arriba.
Sin embargo, el representante de los inquilinos asegura que los precios mínimos son bastante más altos. “Un monoambiente puede andar entre los 20.000 o 25.000 pero departamento de un dormitorio, que de por sí es difícil conseguir, estamos hablando de 30.000 a 40.000 pesos”, precisó.
“Acá se está pagando uno de los alquileres más caros del país”, agregó Peralta, y deslizó: “El alquiler todavía sigue siendo un ítem que no se mide en la canasta básica, no se mide como corresponde. Es como que alquilar es un lujo, pero alquilar es una necesidad”.
Para el representante del sector inmobiliario no hubo un incremento desmedido en el valor de los alquileres, ya que vienen respetando el índice para contratos de locación. “En promedio el aumento es entre un 50% y a veces es un poco más, un 60%, pero dentro de los valores que establece la inflación de la economía. La inflación oficial está rondando el 50% y se están manejando esos valores”, explicó.
“Hay que tener en cuenta que hay contratos de alquiler que quedaron muy atrasados desde hace dos años y por ahí hay alguno que haya incrementado un poco más de esos valores. También la mayoría de los gremios han acomodado sus paritarias cercanas a esos valores, así que han empatado con la inflación y con el incremento de los alquileres”, agregó Govone.
Al respecto, el representante de los inquilinos dijo que el mercado inmobiliario remarca el precio inicial del alquiler en base al valor en dólares de la propiedad. Por lo tanto, “si un alquiler inicial de un departamento de un dormitorio que estaba a 25.000 le han aumentado 5.000 pesos porque dicen que estaba desfasado, entonces el alquiler era 30.000 y al año se sumó el 50%, pero esos 5.000 no los cuentan como aumento”, precisó Peralta.
“Han aumentado alevosamente en algunos casos el valor inicial del alquiler y entonces claro, cuando hay un aumento del 50% o 55% se nota la diferencia”, agregó.
La ley de alquileres, en la mira
Consultado por el aumento de alquileres particulares, Peralta afirmó que muchos propietarios optaron por sacar su viviendas de las inmobiliarias debido a este desfase que trajo aumento superiores al 50%. “Sumado a que mucha gente no puede pagar esos valores altísimos cerca de bulevares que están cerca de sus trabajos, tienen que mudarse a barrios más alejados y ahí es donde encontramos la mayor cantidad de ofertas de propiedades de forma particular”, dijo Peralta, advirtiendo que esta situación de alquilar sin contrato deviene en desprotección para el inquilino.
Según Govone, en los últimos cinco años los alquileres estaban renovándose entre un 10% a un 15% por debajo de la inflación, pero “después de la ley del 2020 en la que se fija un índice de contrato de locación ahora sí están renovando al valor de la inflación”.
“La ley no es el problema, la ley no hizo que los inquilinos dejen de alquilar en inmobiliaria”, remarcó Peralta. “El inquilino necesita un lugar para vivir y no importa si es por inmobiliaria o particular. El 50% del alquiler es un valor de referencia; si realmente hay una preocupación porque el inquilino no puede pagar ese aumento, que lo bajen. Que lleguen a un acuerdo con el propietario”.
De todas formas, el vocero del Frente Nacional de Inquilinos reconoció que la fórmula por la cual se ajustan los alquileres debe modificarse, ya que la inflación siempre va a ganarle a los salarios.
“Creemos que el cambio tiene que venir por ahí, que el aumento no tiene que exceder lo que cobra de aumento un trabajador. Siempre se toma de referencia el salario de un trabajador registrado y no se incluyen a los trabajadores excluidos de un sistema formal que son muchísimos y que también alquilan, porque muchos menos tienen acceso a la vivienda o un pedazo de tierra para construirse una casita”, destacó.
Finalmente, afirmó que Argentina está viviendo una crisis habitacional muy grande y que el fondo de la cuestión no son los alquileres sino el acceso a la vivienda digna.
“Entendemos que tiene que haber modificaciones en la ley pero también tiene que haber políticas públicas que acompañen: que el Estado se puede involucrar de otra manera y pueda brindar a los inquilinos, por ejemplo, desde garantías, hasta darle un alquiler social, que sería a la mitad de lo que hoy están ofreciendo en el mercado”, concluyó.
Con información de Diario Uno