Este mes de marzo cerró con el mes más infectado de casos de Dengue en Ceres desde su fundación, allá por el año 1892. Aunque los registros de casos dirán que se superaron los mil o dos mil casos, solo se habrá cuando se recupere el último infectado, la cuestión será evaluar que dejará como enseñanza este ataque feroz del mosquito Aedes Aegiptys.
Todos conocen que los casos de dengue se multiplicaron por cientos en paises aledaños como Brasil, Paraguay y Bolivia. Que el turismo marcó cifras récord por donde se lo mire en este verano que pasó. Además, y si algo faltaba para beneficiar al dengue, las temperaturas tan altas con algunos dias húmedos ayudaron a la propagación. Pero, como lo indica el manual para esta enfermedad aun no hay vacunas, solo sufrimiento y reposo. Si existe una medida infalible para combatirla y desde la raiz, es que el mosquito no se reproduzca. No sirven las fumigaciones en cualquiera de sus formas, si los criaderos de mosquitos permanecen activos.
En los últimos dias, y ante la escalada impresionante de casos, brigadas sanitarias de policia municipal ingresaron a viviendas donde se presentaron casos positivos disgragadas en distintos barrios. El panorama encontrado fue desolador. Cientos de recipientes vitales para la vida del mosquito, miles de juguetes rotos, y repuestos listos para que una sola gota de lluvia anide a las crías del mosquito transmisor. «Asi es muy dificil» manifestaban los trabajadores que tenian que hacerse cargo de descacharrar esa propiedad privada.
Hace pocos días atrás, en una entrevista radial con Máxima FM; el propio director del Hospital Regional Ceres manifestaba que buscar culpables a estas alturas ya no sirve, lo que debiamos empezar a buscar son soluciones. Y la más importante, y tal vez la única, sea la de terminar con los cacharros, y recipientes en los patios domiciliarios. El «problema es cultural» . Existe una costumbre muy antigua de almacenar en los cuartitos del fondo, y en los patios cosas que nunca sabremos para que las utilizaremos otra vez, pero que las guardamos. Y no entendemos que solo estamos logrando, por nuestra mala costumbre, darle lugar a una mascota asesina como lo es el «aedes aegiptys» que no mide condición social, ni tamaño de las personas para infectarlos.
Ante esta dificil situación actual, deberemos cambiar hacia el futuro inmediato. Porque Ceres ya no será una ciudad más en el mapa del Dengue, la cantidad de casos que dejara a su paso, será proclive a que si se infecta nuevamente con otro dengue pueda ocasionar cuadros muy graves, y hasta la muerte. El cambio pasa por pensar que lo que veniamos haciendo no va más, las metodologias de prevención deberán cambiar, y si es necesario los protocolos de actuación tendrán que modficarse. Esto debera convertirse en una trinchera de lucha contra el mosquito todos los años, no se podrá ceder nunca, porque ya hemos cedido y las consecuencias las estamos contando.