Y le llegó la hora a Diego Armando Díaz, este chaqueño que llegó a Unión con un “aparato” de marketing interesante y con un “prontuario” de goles tremendo, pero en torneos amateurs o semi amateurs.
Se hizo conocido por esos videos que circularon de sus entrenamientos utilizando botellas en lugar de conos. Con 23 años, llamaba la atención que nadie lo haya descubierto antes.
Lo hizo Unión a través de su departamento de captación y un contrato con Sportivo Las Parejas que le permite a Unión la compra del 80 por ciento, ya que el club dueño de su pase se quedará con el 20 por ciento de una futura transferencia.
Entró con el partido 0 a 0, se movió bien, metió un remate en el travesaño que fue a colocar, demostró gran fortaleza física y estuvo cerca de convertir en el contragolpe de Verde, que metió el centro atrás y le quedó muy incómoda para definir.
Llamó la atención el recibimiento de la gente. Cuando el Kily lo convocó para que se incorpore, fue una ovación. Y cuando pisó el campo de juego, fue aplaudido por todo el estadio como si se tratara del ingreso de un referente o de una estrella que, de pronto, decide venir a Santa Fe a ponerse la camiseta de Unión y la hinchada se lo reconoce.
Nada de eso ocurre con Diego Díaz, que es una apuesta, pero que genera una expectativa fuera de lo común. Y que fue correspondida. “El Kily me dijo que disfrute y eso fue lo que intenté. Estoy cumpliendo un sueño”, dijo el chaqueño, que tiene muchas chances de ser titular el miércoles en San Nicolás ante Colegiales por Copa Argentina.
Fuente: El Litoral