Hay muchos problemas. Tantos, que hasta se pronostica, que lo venidero no será mucho mejor. Antes de la pandemia habia problemas, muchos, pero se agudizaron. Hubo impericia para salir a buscar soluciones, y la bola se ha hecho tan grande que ahora, buscar salir del problema hasta parece utópico.
No se trata solo del terrible aumento de las cosas, eso parece ser una mala costumbre argentina arraigada desde tiempos inmemoriales. No hay forma de parar la inflación. No es una apreciación periodistica, es una realidad que el propio gobierno nacional admite. «Con este diagnóstico» hay claras muestras de que la carrera inflacionaria seguirá su curso sin que nadie le pueda poner freno.
Lo que si se trata, es de como subsistir a la marea de problemas que acosan al ciudadano comun, ocupado o desocupado, da lo mismo. No hay formas de convivir ante tanta desidia. Los que pretenden asumir que esto es pasajero, solo estan mintiendose a ellos mismos. Esto que pasa ya no tiene que ver ni con Rusia, y Ucrania, el avance de las «derechas» en el mundo, ni la mar en coche. Se trata de nosotros, de nuestra clase política que nos ha llevado a este panorama tan nefasto.
Hace pocos días atrás, en un dialogo abierto entre comensales de distintas posturas políticas, se comenzó una charla de como salir de los problemas. No se pudo evitar caer en las cuestiones de «derechas e izquierdas». Como si esta discusión ocurriese hace 100 años atrás, donde Marx, y la mar en coche, habrían escrito sus pensamientos mirando que sucedería un siglo después. El mundo cambió, es otro, ya no existen formulas que sostengan ni derechas ni izquierdas, existen problemas que atraviesan a todos, desde la derecha a la izquierda y vicerversa.
Todavía hay personajes que gastan tiempo y espacios, en querer inculcarle a la gente lo malo de las «derechas» (?), como si esto se tratase de una convención de libros y lo mismo del otro lado. Preguntan si ideológicamente hoy no es conveniente tal o cual politico de acuerdo a sus ideologías, o costumbres. Realmente estamos yendo para el lado equivocado de la cuestión.
La pobreza en la argentina, votantes todos, la sufren más de 21 millones de argentinos. 17 millones son pobres, y otros 4 millones son indigentes. Que otro dato falta para aseverar que las políticas «ideológicamente» hablando, y que se han venido implementando nos han llevado al fracaso. Ninguno, para muestra sobra un botón. El gobierno nacional intenta disimular que está todo en marcha, y que hay progreso en la macroeconomia, pero que no encuentra caminos para que ese bienestar macro derive en la sociedad toda. No puede controlar precios, los conflictos los agobian, pero mientras tanto se preveen recortes presupuestarios en áreas sensibles como salud, y educación para el 2023. Discurso progresista, sin sustento real. Pero pintan a los opositores como «la extrema derecha» que viene a sacarle derechos a las personas (?).
Este circo sin fin, agobia a todos. No se puede disimular bienestar cuando no lo hay, pero tampoco se puede defender lo indefendible, solo por una cuestión ideológica. Eso es insensato. Siguen mirando al mundo y piden por triunfos de lideres de izquierda (?) en Brasil, o en cualquier parte del mundo, pero las fotos se las sacan en Estados Unidos. Esta es la realidad, lo demás es cháchara.
En la provincia, el gobierno trasunta problemas intentando imponer agenda para ir saliendo de sectores que entumecen la gestión. Los audios del ex ministro de seguridad han lesionado la imagen del gobierno. El conflicto con los docentes ha hecho mella en la sociedad, con los chicos sin clases, y pidiendo extensión de ciclo lectivo hasta navidad. Mientras se siguen abriendo propuestas de obras públicas, otros tantos, esperan para recibir lo mismo. Se espera por los números del presupuesto 2023. Servirá para apuntar a lo que se destinará la mayor cantidad de recursos en el año electoral.
Ceres cerró su ley de leyes con un presupuesto para ejecutar de $ 1700 millones, un poco menos de lo que salió la licitación de 219 viviendas en Rafaela. Parece irreal pero no lo es. En una entrevista radial, el propio secretario de hacienda volvió a ratificar que «afirmar números en un contexto inflacionario como el actual» es imposible. Se tomó como referencia para la actualización de la UCM del 2023 el número del ministro Massa, el 60%, pero la pregunta sale sola, será?. El 54 % de lo que se presupuestó para el año que viene contempla obras públicas. La secretaria más demandante de recursos. Allí tienen la mayor masa de gastos, porque cualquier herramienta o insumo cotiza a valor dolar. No solo esto, tambien contempla la mayor cantidad de empleados que desempeñan tareas en el municipio.
En la misma entrevista radial Andrada sostuvo que «nos convertimos en la única herramienta de trabajo de la ciudad. Todos los días hay gente que pide trabajo, para lo que sea, no pide un bolsón, pide trabajo». Es que la situación que atravesamos es durisima. Ceres no es una ciudad que demande mano de obra, si no es por su fuerte sistema de comercio minorista. La situación puede ser más grave en los próximos meses ante los avatares economicos de nación.
Aunque se crea que esto es solo pasajero, y que los que mandan tienen su solución «ideológica», la realidad nos pasa por encima, y es dificil pintarla de otro color.
MARTIN FARIAS
