Las últimas semanas de julio sacudieron la «modorra» de la cuarentena en Ceres. Tal vez, no solo en esta ciudad comenzaron los debates internos de las fuerzas políticas en plena pandemia. El Gobierno nacional de «Alberto» tuvo sus rispideces con la parte más «dura» del dominio K, que aun le rinde culto a la señora que gobernó ocho años el pais. El Presidente debió salir a pedir disculpas para no quedar como «un peronista» ligado a las clases que los «mismos peronistas» del sector K, buscan como enemigos. Anduvo transitando la cuerda a los bamboleos, pero la no expropiación de Vicentin, la flexibilización de la cuarentena en el AMBA, le dieron aire a Alberto Fernandez para pilotear la tormenta entre la propia tropa, que está claro, será una de las mayores oposiciones que tendrá hasta el 2023. Ese marco, aunque con otros matices, los tuvo el peronismo ceresino. La foto del «nuevo pejotismo» también demostró a las claras que «ya no hay sombras» para ocultar los intereses políticos de un grupo de dirigentes que están despegados del «Camilismo» dominante de la escena política por 16 años.
El Presidente del Concejo, Pablo Fiore, habló en todos lados, y se convirtió en la «verdadera» cara de la oposición, la misma que le asignó en este medio, la Intendente de la ciudad. El dirigente, tuvo sus idas y vueltas en una semana movidita, defendió la concentración de la foto, pero excusó a la misma del «momento». Sostuvo que hay «gente» trabajando, pero que la meta es la unidad del PJ». Los militantes vestidos de comunicadores sociales le hicieron sentir el rigor de que «no debían alejarse de quien ellos eligieron como lider del PJ, el ex Intendente».
Fiore, y los integrantes de la foto, «sufrieron» el embate crítico de estos militantes, y también del propio camilismo. Busquets hizo declaraciones, expresando lo que piensa hace rato, «que la línea justicialista que gobierna la provincia» no lo respalda. No se equivoca. Por eso movió sus primeros contactos, y se alistó como un «rival» más del capitulo político que aun no tiene guión definido. A Busquets no le gustó la foto. A Rafael, actual Concejal, tampoco le gustó, y ya se puso de seña para armar, en caso de ser necesario, la linea «Camilista». Busquets hace rato camina los barrios, le cuesta poco, porque se siente muy cómodo haciendolo. En plena pandemia, el ex intendente ha visitado a muchas familias de los distintos barrios de la ciudad, sin esconderse, todo lo contrario, sabiendo que el gobierno local vigila sus pasos, y sabe de su proceder.
Si habrá unidad en el PJ para la contienda del 2021, las intermedias que pondrán 3 concejales en el legislativo local, aún esta lejos de saberse.
Mientras el PJ ganó espacios por sus internas, sus amores y desamores, en el Gobierno de la Ciudad apuntaron a la presencia. El respaldo de Felipe Michlig para defender a la Intendente de sus declaraciones sobre las cifras del coronavirus en la provincia, fue contundente. Michlig sabe que su relación con la provincia y sus principales ministros no es de «afinidad» política, pero se lleva bastante bien con varios de ellos. El senador elogió en muchas oportunidades a la Ministra de Salud Martorano, y le dijo mi «amigo» al ministro de Gobierno Esteban Borgonovo. Esa relación de «opositor» constructivo que ha conseguido en 7 meses, molesta en las filas del peronismo «departamental».
Ese apoyo incondicional para Dupouy, apagó las llamas de un incendio que nunca logró a ser tal. Con ese antecedente, el gobierno de la ciudad comenzó una semana «gobernando» en plena pandemia. Atrás parecen haber quedado los discursos exclusivamente para hablar del coronavirus. La fase de distanciamiento social y su vigencia en la ciudad, le ha dado aire a la gestión para encarar «la otra etapa» y mostrarse activo en una nueva normalidad.
El inicio de la obra de Vicente Casares, la presentación del presupuesto en el Concejo por $ 404 millones, y el proyecto para la obra de bacheo en sesenta puntos criticos de la zona pavimentada, son claras muestras que el gobierno esquivó las «balas» de la oposición y puso en marcha la estructura. Mientras los «militantes» quisieron golpear desde algunos medios a la gestión con la falsedad de que la oficina de Anses Ceres se iba de la ciudad, en el Gobierno salieron rápido con las obras y los proyectos a concretar en el corto plazo. Eso quitó argumentos, y molestó a laos opositores que pensarron en sacar más redito de la «noticia que nunca fue noticia».
Hasta la tierra, el viento, y los reclamos menores de algunos vecinos, buscaron se explotados por el sector de la militancia con micrófono. No tuvieron eco. Eso molestó también. «Hay que pararse en otra vereda» se escucho manifestar a alguno de los integrantes del peronismo que busca cimentar alguna chance electoral para el año que viene.
Mientras se empezó a trabajar en la obra pública, en la más costosa, y también en la otra, el gobierno prepara su embate con la que sacudirá el caldero político y se enfrente cara a cara con miembros del gobierno anterior, por los números que se resguardan celosamente producto de una auditoría que ya pinta, «devastadora». Ese capítulo, será el inicio de otra contienda que promete un impacto político mayor al que ya hemos vivenciado.
Martin Farias