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Editorial: El Coronavirus y los enfrentamientos entre vecinos por lo que «está bien y lo que está mal»

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En estas instancias, cuando se combinan hartazgo y temor, las cosas se tiñene de manera distintas según la mirada o la lupa desde que se la observa. El Covid 19, todos sabemos, sin tener que recurrir a los manuales, que es un virus peligroso. En una persona con problemas de salud puede ser mortal. Ya se cobró la vida de más de 300 mil personas en todo el mundo. No es un chiste. Su velocidad de contagio puso contra la pared a la ciencia y a la medicina mundial. Todavía no hay vacunas efectivas para tratarlo. Solo el distanciamiento social, y el cuidado de la higiene de manos, han brindado seguridad en la población mundial. Pero para mantener esas distancias el mundo tuvo que encerrar al mismo universo. Y ahi reside parte de este debate que se desata hoy, a más de 60 días del confinamiento mundial. Hay hartazgo, hay problemas emocionales, ligados al miedo, y otras condiciones que no se discuten en las mesas de cafe (están cerrados) sino en las redes sociales.
Porque decimos esto, simple, porque en las redes sociales se condena, o se absuelve, pero siempre desde nuestra única mirada. Algunos vemos bien liberar actividades, otros vemos mal que se liberen esas disciplinas. Y así estamos. Los liberales, y los conservadores, vaya analogía. Pero en esto ibamos a caer, era inevitable. Hay temas que originan un debate fuerte, de voz alta, y de escritos duros.
Los puntos de ese debate, una ciudad o pueblo, que en 60 dias no tuvo casos, ¿puede retomar poco a poco las actividades paradas desde el inicio de la cuarentena?
¿debemos hacerle caso solo a lo que mandan linealmente y a lo que se impone por decreto o podemos rebatir con la realidad esas imposiciones?
Que pretendemos iniciar con estas preguntas? una marea de respuestas, pero con dos posturas, el si y el no.
El miedo, todos sabemos no es zonzo, y la gente que tiene niños, adultos mayores, o incluso sufre de alguna patología que lo instala como persona de riesgo, teme por su salud, y por la de los suyos. Es dificil que pueda entender que hay otra población que piensa distinto. Y se ampara en los decretos, los que todavia haciendo agua se mantienen vigentes, más allá de una realidad.
Pero, en contrapunto a esa postura conservadora y de temor, están quienes ya hartos del confinamiento quieren que se retomen poco a poco algunas actividades que se detuvieron por el coronavirus. Pretenden que con controles, y con medidas de seguridad, abran gimnasios, se pueda salir una hora para esparcimiento, quieren caminar, ampliar lo comercial, y hasta solicitan que el deporte vuelva a practicarse. Se fundamentan en que localidades como Ceres, Selva, o en provincias del interior del pais, los contagios son muchos menos que en CABA o en el AMBA. Afirman también que hay que «perder» poco a poco el temor a contagiarse, e incitan a convivir con el virus, siempre y cuando se protejan, y se atiendan los protocolos. Pero no pueden ir más allá, a pesar de su realidad, porque las leyes o decretos que están impuestos, no se lo permiten, y ahi se origina el enojo.
Mientras los conservadores apuntan sus celulares para fotografiarlos y escrachar a los que rompen la ley, los liberales se defienden con que hay necesidad de perder el temor.
Y asi transcurren estos días, dias dificiles pára los mandatarios. Los propios Intendentes afirmaron a este sitio de noticias que «es dificil controlar a cada persona que se quiere movilizar y tomar aire». Más alla de que los propios mandatarios sostienen que «liberar» por liberar podría ser un caos, porque nadie se anima a adelantar un pronóstico.
Cuidar la salud es lo primario, pero lo económico ya consiguió lo suyo, y poco a poco se ha ido reactivando, pero aun resta atender el pedido de esos que pretenden salir a la calle, pero no solo en horario comercial, sino en horas que se imputen como distracción.
Que haya gente caminando, bicicleteando, abriendo anónimamente y concurriendo de forma anómima también a un gimnasio, o se junten en sus domicilios con más gente de la que reside en la misma vivienda, no es irreal. Pasa, y cada vez sucede más.
Se camina sobre la cornisa, y es hora a hora, la realidad mientras no se modifique en Ceres y sigamos sin casos, pondrá en razón a los liberales, pero si los casos llegan y se descontrole todo lo que se vino haciendo, la realidad se pondrá del lado de los conservadores. En este debate estamos, y por el momento, parece ser que cada uno tiene su razón, lo impone la realidad.

 

Martin Farias