En el transcurso de este mes de junio se producirá un nuevo aumento del precio de los combustibles –entre un 4% y un 5% promedio-, el séptimo consecutivo a partir de lo estipulado en el Programa Precios Justos entre las petroleras y el Estado nacional. En ese marco, y sin que haya una fecha precisa de cuándo los bolsillos de los argentinos sufrirán este nuevo cimbronazo, desde la Cámara de Estaciones de Servicios, Garajes y Afines (Cesgar) su titular, Sebastián Estévez, comentó que «las estaciones de servicio perdieron rentabilidad».
«Nunca tenemos la fecha exacta de cuándo va a aumentar el combustible. La mayoría de la veces las estaciones de servicios se enteran cinco minutos antes de que se eleve el precio», comentó Estévez y recuerda que este es «el cuarto aumento de este año» que se suman a los registrados el año pasado. ¿Y qué pasará después con los combustibles?: «Después será el día a día. El combustible viene totalmente desfasado, siempre venimos remándola desde atrás», señala.
Consultado sobre cuál era el panorama de las estaciones de servicio en Rosario, Estévez analizó: «La situación es mala. Las estaciones están trabajando por debajo de su línea de equilibrio. La rentabilidad les bajó muchísimo. El problema es que acá el dueño de las estaciones no es convocado a las mesas de negociaciones, son solo entre el gobierno y las petroleras».
El titular de Cesgar dijo que un aumento de entre el 4 o 5% promedio en el precio de los combustibles «se nota mucho en el bolsillo de la gente porque los salarios nuestros vienen muy desfasados».
También explicó que «las estaciones de servicios perdieron rentabilidad y ese es el reclamo permanente a las petroleras. Y al estar regulado el precio de los combustibles el panorama es más complicado».
Consultado sobre el desfase en el valor del precio de las naftas, Estévez explicó que «históricamente, el valor de un litro de combustible equivalía a un dólar. Hoy en día sale más caro un litro de agua mineral que uno de combustible. Algo no está bien. Y si no hay que fijarse qué hacen las ciudades de países limítrofes: vienen a cargar nafta a Argentina porque les resulta más barato».
Sobre la posibilidad del cierre de estaciones de servicio por la falta de rentabilidad, el dirigente de Cesgar indicó: «Sí, sobre todo para las estaciones de bandera blanca. A ese estacionero, que no tiene una petrolera que lo represente, le cuesta mucho conseguir combustible. Y cuando lo hace es a un precio mucho más alto que no le permite competir. De hecho en el país hay muchas estaciones que están cerrando, sobre todo en las ciudades más chicas del interior».
Respecto a la caída de las ventas de combustibles, Estévez graficó la situación de las estaciones de servicios: «Hay algunas que no llegan a cubrir su punto de equilibrio. Una estación, en promedio, para cubrir todos sus costos necesita vender 300.000 litros por mes. Y hay algunas que no lo consiguen. Y con el tema de la sequía, se complicó aún más».
Fuente: La Capital