Para el ministro de Economía de Santa Fe, «es lamentable» la situación derivada de la confirmación del veto a la Ley Nacional de Financiamiento Universitario. Pablo Olivares tomó la situación nacional para trazar una equivalencia – y sobre esa base, marcar los contrastes- respecto de lo que sucede, desde su punto de vista, a nivel provincial. La novedad parlamentaria se conocía en el mismo momento en el que se abrían las puertas del Ministerio de Trabajo, después de que estuviese reunida la paritaria docente.
La situación local fue tomada como ejemplo por Olivares para opinar sobre lo que terminaba de suceder a nivel nacional. El funcionario dejó en claro que «no es objetable» el mecanismo que echó por tierra la ley, pero cuestionó las implicancias que ello tendrá en la práctica.
«El tema fue dirimido mediante un mecanismo constitucional; es facultad del Poder Ejecutivo nacional vetar, se han expresado las mayorías en el Congreso y los números son legítimos. Desde el punto de vista legal, no hay nada que objetar; pero desde el punto de vista político, sí porque es lamentable la situación a la que se llega», sostuvo el ministro.
Paralelismo
Aclaró el ministro que no era su intención «aprovechar» la situación para hacer comparaciones o trazar paralelismos, pero sí marcó «contrastes» entre la situación nacional y lo que sucede en Santa Fe.
«Fíjense el contraste en el que estamos – sostuvo-; hoy (aludía, así, a la negociación paritaria con el sector docente que acaba de finalizar) estamos discutiendo que la provincia le ha aumentado todos los meses los salarios a sus trabajadores, al compás de la inflación. Así, se van a terminar incrementando los sueldos en el mismo nivel inflacionario con el que va a cerrar el año 2024. Y mientras esto pasa en Santa Fe, a nivel nacional, la discusión se genera porque no se le permite a los docentes universitarios tener una actualización salarial digna y se les cercena a las universidades, los mecanismos de financiamiento. Entonces – reiteró-, es un contraste muy fuerte. Y ésa creo que es la gran diferencia: por un lado, administrar el Estado con eficiencia y arreglándose con lo propio; y por el otro, la motosierra».
A su criterio, se ha planteado «un caso típico» que permite contrastar un modelo que «se sustenta en la eficiencia y en la austeridad, pero cuidando el poder adquisitivo de los trabajadores y la inversión en educación»; y un modelo que «entiende la educación de otra manera, donde a la hora de asignar recursos, los posterga; y donde a la hora de respetar la autonomía de la universidad, tampoco la tiene en cuenta. Creo que son dos modelos – volvió a decir- en los que se está viendo ese contraste: el esquema de tener un estado equilibrado basado en la eficiencia, versus un modelo también para obtener equilibrio, pero cortando con una motosierra en pedazos el Estado», sentenció.
Autonomías
Consultado acerca de la posibilidad esbozada en algún momento respecto un traspaso de las universidades a las provincias, Olivares dijo que «esa hipótesis no aparece ni siquiera entre las posiciones oficiales». De todos modos, consideró que antes de ingresar a dicho debate, «debe explorarse la cuestión de su constitucional», y sugirió «no vapulear una institución que está plasmada en la propia Constitución como es la autonomía universitaria».
Con información de El Litoral