“La salida del cepo será un minuto antes de la competencia de monedas. Pero para eso todavía falta. La baja de impuestos también está en el norte pero no para el cortísimo plazo”, agregó a su gabinete. La lógica de las reuniones con su equipo también son distintas respecto de otras presidencias: se trata de encuentros sin los tradicionales carteles de protocolo y en los que casual o causalmente nadie tiene la silla asegurada. La confidencialidad de lo conversado es para los libertarios una obligación. Quien no la cumpla podrá recibir el tradicional “afuera” en tiempo real y sin preaviso. Milei también mantiene una lógica de comunicación uno a uno. Varias veces por día habla con Caputo, a quien define como “un genio de las finanzas”, con Patricia Bullrich, “con quien nos entendemos perfectamente”, y con Sandra Pettovello, quien además de ser amiga personal del Presidente lidera una de las áreas más sensibles y la que tiene “billetera” en un país “sin plata”. Con el resto del equipo hay encuentros de gabinete y reuniones pero no varias comunicaciones diarias como con esta tríada que es el core de la primera etapa de gobierno. La lectura de hecho es política. Si la economía va bien, mejora la seguridad y la contención social se vuelve realidad, la elección de 2025 le dará marco a una mayor fortaleza en el Congreso en la que ya está trabajando “el jefe”, su hermana y Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Las prioridades de Caputo, en tanto, están claras. Después de celebrar salir indemne de lo que describen como “la peor herencia de la historia”, destacó en Cicyp que en el primer bimestre tuvo superavit financiero, el primero desde 2011, y la tendencia a la baja de la inflación tras el pico de diciembre. La otra cuestión por la que festeja es la estabilidad cambiaria, aunque miran de reojo el devenir de la actividad y la recaudación. El Presidente no cree que sea necesaria una nueva devaluación y se enoja con aquellos que se la piden. “¿Por qué habría de hacerlo con la brecha que hoy tenemos y con los más de US$10.500 millones que ya recompró el Banco Central?”, se le escuchó hace pocos días en un tono más vehemente que lo habitual. Es que varios de los bancos y analistas habían vaticinado un dólar a $2000, $4000 u $8000 e incluso algunos de sus asesores que recuerdan la convertibilidad se lo recomiendan. Pero está convencido de que eso no será necesario. Además, dijo en una reunión esta semana que tal como afirmó Caputo, la base monetaria se redujo un 38% gracias a una tasa real muy negativa y planea seguir por el mismo rumbo.
Respecto de la inflación son optimistas en Olivos. Aseguran que va camino a un dígito y en baja genuina, pero que marzo es todavía un mes complejo para pronósticos dada su estacionalidad. De ahí la demora en los incrementos de la tarifa de gas, que pasaron a abril.
Los próximos pasos no suponen momentos de mayor calma. Tiene listo un paquete con otras 3000 medidas que se incorporarán a las 1000 ya enviadas. No parece importar demasiado que de las primeras hubo tantas marchas y contramarchas porque en lo profundo del Gobierno buscan librar una doble batalla. La primera, más visible, es la de su aprobación –muy compleja con su nivel de representación en el legislativo– y la segunda, que está debajo de las napas, es la de instalar socialmente nuevos ejes de debate sobre cuestiones que parecían innombrables. Ese punto es central para descubrir la nueva lógica de liderazgo. “Todo lo que pueda privatizar lo vamos a privatizar y todo aquello que no sea una reforma estructural en la que el Congreso siempre es imprescindible lo haremos sin prisa pero sin pausa”, agregó el Presidente a una persona de su confianza mientras recorría el verde de Olivos, donde crecen las ovejas Malevo y Argentina que llegaron de la mano de Alberto Fernández, los conejos que están desde la gestión de Mauricio Macri y la por ahora deshabitada cancha de fútbol en la que los cambiemitas dirimían postpartido el devenir nacional. El silencio aparece como su aliado principal también para las noches de ópera
Belgrano y Alberdi
Mientras los hábitos empiezan a acentuarse, también lo hacen las decisiones. Si bien no está apurado por salir del cepo sabe que eso será imprescindible para la recuperación económica más fuerte. El Banco Central, en tanto, continúa contrarreloj con la impresión de billetes de $ 10000 y $ 20000 llegará en junio. El primero tendrá la efigie del general Manuel Belgrano, abogado de profesión, vocal de la Primera Junta de gobierno y militar a cargo del Ejército del Norte junto a María Remedios del Valle, que fue nombrada capitana por el creador de la bandera. En tanto, para el de mayor denominación el elegido es Juan Bautista Alberdi. El abogado, pensador e intelectual asociado a la Confederación Argentina posterior a la batalla de Caseros, fue una de las inspiraciones para la Constitución de 1853 que el actual presidente suele citar como referencia y que, no por casualidad, fue el primer libro en acomodar en su nueva biblioteca. Justo al lado de un armario lleno de gorras con inscripciones que supone de época: una dice “las fuerzas del cielo” y la otra, que regala a sus detractores, “no la ven”.
Con información de La Nación