La Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines advirtió en las últimas horas sobre la suba de 10% en el pan, producto del aumento de los distintos insumos, particularmente la harina. El incremento pone la lupa sobre uno de los flagelos de la economía más preocupantes en el contexto de profunda recesión: el avance del precio de los alimentos por encima del nivel general de inflación.
Mañana se conocerá el Índice de Precios del Consumidor de septiembre, que analistas privados ubican entre 2,6% y 3%, nivel similar al 2,7% registrado en agosto. Igual que en ese mes, las mediciones privadas indican que nuevamente la inflación en la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas se ubique por encima del aumento general de precios, a pesar de la incidencia de los distintos programas y los controles oficiales. La mayor aceleración en este rubro, que acumula un incremento de 22% en los primeros ocho meses del año, 4 puntos porcentuales por encima del IPC, tiene un gran impacto en los hogares de menores recursos, que destinan proporcionalmente una mayor parte de su presupuesto a esta categoría. De acuerdo a la medición mensual que realiza la consultora EcoGo, en septiembre los alimentos aumentaron 2,8% 2 décimas por encima de la suba general del total de precios de la economía. El dato, sin embargo, es un promedio que no contempla extremos. Por ejemplo, la inflación de este rubro en el conurbano, donde según relevamientos también privados, el incremento de este rubro es más del doble.
De acuerdo a un informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), que todos los meses elabora el Indice Barrial de Precios (IBP) en 450 negocios de 20 distritos del conurbano bonaerense, el valor de la canasta básica de alimentos subió en el último mes 6,48%. En su informe, redactado por los economistas Isaac Rudnik y Juan Fresno, el instituto correlaciona el incremento del valor de los alimentos con las cifras de pobreza.
En el conurbano, donde se concentra “la mayor cantidad de indigentes del país: 56,30% del total, y de pobres: el 50,31%. Esto se explica porque el aumento constante de los precios por encima de los incrementos de las remuneraciones mínimas envía cada mes nuevos contingentes de personas bajo las líneas de indigencia y pobreza”. Para el ISEPCI, en lo que va de este año la canasta básica alimentaria se incrementó 31,9%, mientras que en los últimos doce meses -desde septiembre de 2019- el aumento fue del 45,4%. “La misma familia necesitó durante el último mes para cubrir sus alimentos básicos $5.985,35 más que un año atrás, y $4.636,96 más que en diciembre pasado”, recordó.
También para la asociación Consumidores Libres, el aumento de los productos de la canasta básica de alimentos registraron un alza muy superior al nivel promedio inflación. Según esta organización, los incrementos alcanzaron 4,3% en el conjunto de los 21 productos que relevan.
En este contexto, la Secretaría de Comercio habilitó incrementos en el los programas de Precios Máximos y Precios Cuidados, de 3% y 5% respectivamente, muy por debajo del reclamo de las empresas alimenticias. Estas subas, además, rigen a partir de octubre, a lo que se sumará, admiten algunas empresas del sector, a cambios en las estrategias de comercialización. Estos cambios implican, básicamente, la desaparición de gran parte de los descuentos, bonificaciones y también promociones.
“Aumentos en las listas no hay. A ninguna compañía, al menos de las grandes, se le ocurre, en este contexto, mandar subas. Sí lo que está pasando es que se están quitando bonificaciones, ya no hay ofertas que antes existían para algunos productos, y eso termina impactando como un aumento de precios”, admiten en el sector, donde también destacan la tensión que genera la falta de descuentos.