La frase de la ministra de Salud de Santa Fe, Sonia Martorano, define dos situaciones: el cambio que hubo en la población con respecto a la aplicación de la Sputnik V y los malabares que debe hacer para administrar la escasez de dosis disponibles y lograr atender al personal sanitario más expuesto.
Con las dosis recibidas se podrá vacunar apenas a un tercio de los 70 mil agentes que trabajan en terapias, laboratorios y servicios de emergencia en toda la provincia. La llegada de la segunda tanda de dosis permitirá completar la vacunación a los 24 mil que todavía se están aplicando la primera dosis, pero quedarán sin vacunar otros 50 mil. Saber cuándo y cuántas vacunas vendrán es el gran interrogante hacia el futuro.
Santa Fe recibe aproximadamente el 10% de las vacunas que llegan al país, según un coeficiente proporcional a la cantidad de población de cada distrito.
Con todo, la ministra de Salud provincial sostiene que la vacuna va a ser muy importante para bajar las tasas de internación y de mortalidad, aunque no resuelva por completo el problema del Covid-19 este año. “Es probable que tengamos que seguir lidiando con este virus por un buen tiempo más”, advirtió.
Es que para inmunizar a los grupos más expuestos y vulnerables de la provincia haría falta más de un millón de vacunas. Ese era el objetivo inicial de las autoridades santafesinas. El orden de prioridad para la aplicación de las vacunas es el mismo que indicó el gobierno nacional: primero, el personal de Salud (70 mil en Santa Fe), y dentro de éste la franja de los más críticos que no pueden dejar de recibirla: los trabajadores de las terapias, de atención primaria de la salud, de los laboratorios biológico moleculares en contacto con Covid y los de los servicios de emergencias.
Viene luego el personal docente (85 mil en Santa Fe), de seguridad (30 mil) y fuerzas militares (otros 10 mil). Recién después se vacunará a la población en general; primero a los mayores de 60 años, (unos 700 mil en la provincia) y finalmente a las personas de entre 18 y 59 años con comorbilidades (300 mil más).
“Cuando podamos tener más de un millón de personas vacunadas podremos bajar el nivel de letalidad del virus, pero eso no va a cambiar la curva de contagios”, explicó la ministra Martorano, en un razonamiento que vale para el resto del país.
A diferencia del resto de las provincias, donde las vacunas llegaron sólo a las capitales, el ministro nacional de Defensa, Agustín Rossi, explicó que en Santa Fe el Ejército se encargó de distribuirlas en cinco ciudades: Santa Fe, Rosario, Venado Tuerto, Rafaela y Reconquista.
No hubo pérdidas de dosis, como ocurrió en otros lugares, y es alto el porcentaje del personal médico que aceptó darse la Sputnik V: alrededor del 85 por ciento.
Rossi destacó que las Fuerzas Armadas cumplieron ya 300 días de operaciones desde que empezó la pandemia, en lo que calificó como el mayor despliegue militar realizado en el país desde la guerra de Malvinas, que incluye distribución de alimentos y ahora vacunas.
También informó que se está analizando usar el Liceo Militar de Santa Fe como un gran centro vacunatorio para toda la región, al igual que la Base Aérea de Paraná para la provincia Entre Ríos.
Una meseta alta que crece
Santa Fe está con una meseta alta de casos de Covid y en crecimiento. El pico fue a fines de octubre con casi 3000 casos por día y hoy está en alrededor de 1400. En aquel momento hubo 20 mil pacientes activos, después bajó a 8000 y hoy supera los 13 mil. No tan cerca de aquel extremo, pero con una suba sostenida desde diciembre.
Las autoridades creen que se trata del efecto de las despedidas y las reuniones de fin de año, y temen que antes de fin de este mes se vea el impacto de los que viajaron en estas vacaciones.
No hay por ahora problemas con la disponibilidad de camas: en octubre se llegó al 98% de ocupación; ahora ronda el 75%, entre efectores públicos y privados en toda la provincia, pero hace un par de meses había bajado al 60 por ciento.
“Todos los modelos que han hecho predicciones sobre los picos de contagios se fueron desdibujando”, advirtió el secretario de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario, Leonardo Caruana, quien describe el escenario en la provincia de Santa Fe como “de riesgo, no de tensión sanitaria, con más casos en el centro norte”. También él le teme a los efectos de este período de migraciones internas por las vacaciones.
“El aire libre solo no nos cuida”, repite Caruana, en una exhortación a seguir profundizando las medidas preventivas y evitar grupos y eventos sociales. “Hay que tener la menor cantidad de contactos posibles y con todos los cuidados”, insiste.
“Si nos cuidamos vamos a evitar la multiplicación exagerada de casos y podremos hacer una reducción de daños de aquellas personas que han estado en lugares de mayor exposición”. Caruana coincide con Martorano que la vacuna va a disminuir la letalidad, pero para cambiar la curva se necesita del comportamiento preventivo de todos.
El secretario de Salud de Rosario opinó que “la juventud no es la causante de un brote porque nunca hay un solo responsable del descuido”. “La ola la hacemos entre todos”, dijo, y agregó que “no hay que rendirse a la discusión con la gente para lograr un consenso colectivo en las medidas preventivas”.
Al ex secretario de Salud de Rosario y ex senador Miguel Cappiello le tocó enfrentar la pandemia por la Gripe A y tuvo que prohibir los viajes de egresados a Bariloche. Hoy recuerda que en aquella oportunidad la vacuna apareció rápido. Hoy Cappiello integra el comité de expertos que asesora al gobernador Omar Perotti, a quien le reclaman la realización de mayores testeos entre la población asintomática.
Ninguno de los funcionarios de salud imagina por el momento nuevas medidas restrictivas, aunque opinan que si hubiera que tomarlas debería ser una decisión nacional y disponerse acciones de control por parte del Estado.
Sin cines y con clases bimodales
A contramano de otras provincias, en Santa Fe fueron puestos en pausa los protocolos para la reapertura de los cines. En cambio, el gobierno provincial planifica retomar las clases presenciales con grupos prioritarios (7º grado y 5º año) el 17 de febrero, e iniciar el ciclo lectivo el 15 de marzo. Habrá presencialidad y virtualidad alternada, prometen desde el gobierno, aunque todavía debe lidiar con el rechazo de algunos gremios docentes.
Fueron 40 mil los alumnos de Santa Fe que perdieron el año debido a que no pudieron acceder a las clases virtuales en 2020.
El acento está puesto en las vacunas. Para el intendente de Rosario, Pablo Javkin, “estamos en una carrera contra el tiempo para aplicarlas lo más rápido y masivamente posible”, y apuntó a marzo para que haya vacunaciones masivas. “Esa va a ser nuestra prioridad”, dijo.
El gobernador Omar Perotti aseguró que la provincia está preparada para empezar a vacunar cuando lleguen las vacunas que Nación vaya recibiendo. “Ojalá lleguen lo antes posible porque eso nos va a permitir entrar al otoño con la mayor cantidad de gente vacunada”.