A pocas horas de las primarias nacionales, solo la cara y los memes de los principales candidatos, son la referencia principal para los electores del interior del interior.
Pocas propuestas, mucha red social, y medios de comunicación para instalar la imagen, «con eso alcanza» manifiestan sin pudor quienes conducen los ejes de las campañas nacionales. Ellos, como todos, saben que Provincia de Buenos Aires, y CABA, definirán la elección primaria, pero tambien la general de octubre.
Nada ha cambiado, siempre fue la misma fórmula para lo de antes y lo sigue siendo hoy. No importa tanto el «interior», importa sentar bases en los grandes distritos electorales. Solo con destacar que quienes se instalaron con sus discursos en los medios y redes son los más «reconocidos» por la gente, por ende, los más votados, nos alcanza y sobra.
Pero, y es bueno decirlo, pocos se han animado a mostrar con solidez cuales son las soluciones reales a este embrollo al que estamos sometidos. La receta mágica no existe, está muy claro, pero cuales son los programas de gobierno de cada candidato, o partido de cara a las primarias nacionales del domingo. Alguien se lo preguntó?, o solo recurriremos a votar por la cara más conocida. Dudas que que ya nadie plantea, se impondran quienes han hecho una gran campaña para reforzar el conocimiento del «rostro».
Patricia Bullrich y Horacio Rodriguez Larreta por Juntos por el Cambio, hoy convertida en la fuerza opositora más reconocida del gobierno nacional, que esta vez propone a Sergio Massa y Juan Grabois como candidatos. Dos hombres con ideas litaralmente opuestas, pero que conciben un mismo riñon. Pero esto no será mano a mano entre estos dos bloques. Apareció el emergente Javier Milei con un mensaje distinto a los otros y se instaló rápidamente como la tercera fuerza por su Libertad Avanza. La izquierda va con la misma selección de nombres que en años anteriores, Bregman y Solano por un sector y Castañeira por otro. En realidad, tanto sus caras como su mensaje siguen siendo el mismo caldo de siempre. Schiaretti se muestra como el peronista más «alejado» de las fórmulas aplicadas por el sector que fortaleció el poder desde la asunción de Kirchner, pero no ha tenido el tiempo suficiente para construir estructura en todas las provincias peronistas. Su rostro y gestión son conocidos solo en el centro del pais, pero poco en el resto.
Cuando se busca indagar sobre de donde viene cada uno de los candidatos, está muy clara la cuenta. Todos los precandidatos reconocidos son de la capital del pais, es que ahi están los medios nacionales que catapultan a los candidatos, y pocos son del interior. Bullrich y Larreta eligieron un mendocino y un jujeño para sus fórmulas, todo concebido para mostrarse federales, Milei eligió su eterna compañera de banca, Massa a un rosarino como Rossi, y Schiaretti la pata porteña con Randazzo. El resto de las propuestas tienen candidatos del conurbano o de la propia capital. Estas elecciones también explican el centralismo al que se viene asistiendo desde los reinicios de los tiempos democráticos. Solo Menem, cortó aquel eje de que los que decidan deban ser solo de la capital federal.
Teniendo en cuenta este panorama, desde la procedencia o hasta de lo que buscan hacer, generan incertidumbre en el electorado. Esa incertidumbre probablemente se dilucidará en el momento del ingreso al cuarto oscuro, cuando se tenga todas las boletas sobre la mesa, y haya que meter en el sobre al candidato que se impuso, «en la campaña de difusión». Otra vez se votará al mas reconocido, y se repetirá la fórmula de siempre, y la «canción» será la misma.
Mientras tanto, a la par de esos rostros presidenciales, habrá otra lista, la de diputados provinciales en Santa Fe, la oferta más conocida es la de las fuerzas mayoritarias, Nuñez con Bullrich, Candido con Larreta, Martinez con Massa, y la de Romina Diez con Milei. Esta elección del 13 de agosto acomodará las listas definitivas de cara a octubre. Aunque parezca una elección menor, la de diputados nacionales es relevante, muy importante, lo que sucede es que quedó prisionera por la batalla mediática de los presidenciales, y la gente común no los reconoce. No hubo tanto tiempo para destacar su importancia, tampoco ellos se preocuparon por imponer su propio mensaje.
Hacia las urnas vamos, hacia otra elección nacional nos remitimos, vamos como «Adán sin la hoja», solo para votar con bronca, o la cara más «conocida», la historia se repite, nunca cambia y tal vez ahi resida el bastión de todos los males.
MARTIN FARIAS
