Rubén Michlig, referente de Omar Perotti en la mesa de transición de Santa Fe, puso en duda la continuidad de la «cláusula gatillo» para la actualización de los salarios de los empleados de la provincia, debido a la «compleja situación económica que atraviesa el país» y advirtió: «No es desterrarla ni reivindicarla, se trata de un escenario nuevo y vendrán otras formas».
«Ha sido fácil negociar una cláusula gatillo en un proceso inflacionario, con una recaudación que superaba el índice inflacionario, ha sido una buena política, conveniente para el gobierno, porque incluso a partir del atraso que tiene su aplicación, le permitió ahorrar plata», explicó esta mañana Michlig.
Sin embargo, advirtió que «el escenario que viene es bastante complejo como para simplificar la discusión salarial en una cláusula gatillo», y explicó que «si es posible su aplicación, bienvenido sea, pero dependerá mucho con el escenario que nos encontremos a fin de año».
«La pretensión de los gremios tiene que estar en función de los recursos disponibles», enfatizó Michlig.
«La gravedad de la situación amerita que nos pongamos de acuerdo en qué situación estamos y cómo podemos encontrar una salida»
«Nosotros venimos señalando desde el principio de la transición las dificultades que tiene la provincia en la proyección hacia fin de año y este nuevo escenario económico no hace más que agravar esa situación», señaló el referente del gobernador electo, quien vaticinó que las medidas anunciadas por la administración de Mauricio Macri causarán un «doble efecto».
«Por un lado, dispararán la inflación y los componentes del gasto corriente de la provincia y, por el otro, van a acentuar la disminución de la recaudación en términos reales, porque el menor nivel de actividad económica que va a sobrevenir va a generar una mayor caída, al margen del impacto que tienen las medidas sobre la coparticipación de la provincia del régimen federal», señaló Michlig.
«Esto agrava un cuadro que teníamos de por sí complicado», afirmó el dirigente peronista, y detalló: «En el análisis que hacíamos antes de este efecto calculábamos un rojo fiscal de 10.500 millones de pesos, que pueden transformarse en 20, 22, 23 o 18 millones de pesos, según el nivel de gasto que sostenga el gobierno provincial. Esto es antes del efecto de estas medidas», aclaró.
Asimismo, aseguró: «El propio (ministro de Economía de Santa Fe, Gonzalo) Saglione reconoció en el Concejo Federal de Impuestos una caída de la recaudación del orden de los 2500 millones de pesos, como mínimo para la provincia. Eso habría que agregarlo al rojo fiscal que ya existe, y entonces estaríamos hablando de 24 mil millones de pesos de déficit».
«Este es un valor imposible de ser financiado porque no hay mecanismos para hacerlo», insistió Michlig, y concluyó: «Hay que poner una mirada fina sobre esta cuestión. La gravedad de la situación amerita que nos pongamos de acuerdo en qué situación estamos y cuáles son las variantes que podemos encontrar para encontrar una salida que no agrave el normal funcionamiento del Estado».