“Yo lo que veo es que hay cansancio de una parte importante de la sociedad, hay angustia de mucha gente que se quedó sin empleo, pero (a pesar de eso) se cumple la cuarentena de manera razonable en un contexto muy difícil”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. Las declaraciones las formuló en la Casa Rosada, antes del inicio de la primera reunión del equipo de Hábitat, el segundo Gabinete temático que puso en marcha el Gobierno para empezar a construir la pospandemia. Agregó que “en los barrios todo el mundo sabe de gente que se ha contagiado, por eso hay miedo también”.
Sin embargo, Arroyo no quiso opinar sobre la posibilidad de que vuelva a decretarse una cuarentena estricta. “Vamos a ver qué definen los especialistas, los expertos, la asistencia social y la asistencia alimentaria se está sosteniendo adecuadamente. No tengo capacidad para opinar sobre un tema que se tiene que definir en otra área”, expresó.
Por su lado, al concluir la reunión, la ministra de Desarrollo Territorial María Eugenia Bielsa dijo que “quedó claro que la discusión entre salud y economía es ficticia, si no hay salud no hay economía y no hay vivienda, en nuestro caso”. “La situación produce un gran agobio y queremos volver al trabajo, pero en Jujuy por ejemplo, hace un mes y medio hablábamos de que podíamos empezar a construir unas viviendas, pero ahora se está discutiendo si hay suficientes camas de terapia intensiva. Esto no terminó, en la Argentina ni en el mundo”.
En Casa Rosada no se oculta la desorientación que está produciendo la pandemia en los planes oficiales, ya que ante cada intento de generar certidumbre para impulsar la reactivación, se generan nuevos problemas ante la multiplicación de casos y el temor a que se disparen los fallecimientos. Un asesor del Presidente, preocupado por los efectos en el corto plazo, aseguró “no hay forma de poner en marcha la economía si no abrimos actividades, habrá que empezar a pensar en otras cosas”.
En declaraciones radiales, el Presidente no descartó que se vuelva a una mayor restricción (”el botón rojo siempre está a mano porque la salud es lo más importante”), aunque reconoció que “la gente tiene cierto hastío de estar encerrada después de tanto tiempo”. De todos modos, se quejó porque “la gente se relajó, y se relajó equívocamente” porque “no tenemos el tema resulto, estamos muy lejos de resolverlo”.
En el Salón de los Científicos se reunieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la vicejefa, Cecilia Todesca, los ministros de Agricultura y Ganadería, Luis Basterra, de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y los ya mencionados Arroyo y Bielsa, además de la titular de la ANSES, Fernanda Raverta, y el titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, Martín Cosentino. De este modo, se puso en funciones un nuevo gabinete temático, que siguió al de Comercio Exterior, que empezó a sesionar los lunes.
Una de las posibilidades que empezó a analizar el Gobierno es la urbanización de los 4000 barrios populares que existen en el país, como alternativa de reactivación de la economía y del empleo. “Es uno de los temas que tiene que resolver la Argentina en los próximos diez años, hay que empezar ahora y lo tienen que continuar los próximos gobiernos”, anticipó Arroyo. De hecho, lo que busca el Gobierno a través del nuevo PROCREAR que el Presidente lanzó la semana pasada, es “una política de hábitat virtuosa” acompañada de una gestión del suelo urbano “producido o promovido por el Estado”, como base sobre la cual generar soluciones habitacionales.
El Gobierno considera este tipo de planes como “un gran plan de empleo”. El Ministerio de Desarrollo Territorial, incluso, tiene hecho un cálculo. “Se estima la generación de 40 empleos directos durante 1 año por cada 100 lotes producidos” por el trabajo de la AABE. Precisan que “una vez finalizadas las obras del loteo, se suman los empleos que genera la construcción de viviendas” dentro del llamado Plan Nacional de Suelo Urbano, que busca ampliar la accesibilidad de las familias a la vivienda a través del loteo de tierras fiscales, mejorando las capacidades de la política de hábitat, completándose con el PROCREAR.
También, finalmente, impulsando “acuerdos sobe el Estado y propietarios de suelo para desarrollar suelo urbanizado de calidad, a través de convenios urbanísticos”, que promuevan el arraigo en cada localidad y pueblo en el país”, según se informó.
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