La decisión de incrementar el horario de la jornada escolar impulsada por el Ministerio de Educación Nacional y refrendada por los Ministerios de educación de algunas provincias, mientras está transcurriendo el ciclo lectivo, no hace más que incrementar las dificultades ya existentes en los distintos niveles y modalidades del sistema educativo.
El simple hecho de sumar una o media hora más para el dictado de clases frente a las y los alumnos no resuelve ninguno de los problemas fundamentales de aprendizaje que hoy se ponen en evidencia. Esta medida, por el contrario, podría agudizar las situaciones de desigualdad en las que ya se encuentran los diversos sectores de la ciudadanía en nuestro país. Y la decisión de un incremento en la carga horaria puede también significar la vulneración los derechos laborales e implicar una intensificación y sobrecarga en el trabajo docente.
El problema principal es la desigualdad socio-educativa y eso se resuelve con una inversión en educación que esté acorde a la situación problemática en toda su dimensión. Es necesario garantizar la infraestructura edilicia adecuada, el equipamiento tecnológico necesario y el suficiente personal de mantenimiento, cuidado y limpieza en las escuelas; como así también reconocer el trabajo docente, crear nuevos cargos y fortalecer la formación docente, para avanzar hacia una verdadera educación de calidad, inclusiva y popular.
Desde CTERA planteamos que no se puede avanzar sólo con una medida de extensión horaria en las condiciones de precariedad que existen hoy en muchas escuelas y sin la planificación de un diseño pedagógico-curricular previo, que defina claramente para qué, cómo y qué hacer en este tiempo que se piensa agregar. Una planificación adecuada que considere, al mismo tiempo, las condiciones de los puestos de trabajo docente, la organización escolar y las definiciones curriculares. Y, en tal sentido, consideramos que las medidas a tomar tienen que tender a cumplir de manera urgente con la Ley de Educación Nacional, respecto a los que establece sobre la implementación de la jornada completa.
Este tiempo que queda del año, se debería utilizar para considerar y analizar todas las dimensiones y tensiones, llevar adelante discusiones acerca de qué enseñar y qué aprender en estos nuevos tiempos, pensar nuevos diseños curriculares y nuevos formatos para la organización de las instituciones educativas. Para ello, se debe convocar a la Paritaria Nacional Docente y a las diversas instancias de negociación colectiva de las provincias ya que en muchas de ellas se está avanzando unilateralmente con medidas que atentan contra la estabilidad laboral como es el caso de la designación de horas a término en algunas jurisdicciones.
Hoy es necesario que no se avance más sobre la improvisación y que se convoque a las organizaciones a los efectos de analizar profundamente la situación y planificar las posibles modificaciones que podrían implementarse en el inicio del próximo año, de manera mejor organizada y no a mitad de un ciclo lectivo que ya está iniciado.