Una pregunta que a menudo se hacen los oyentes de Máxima FM y los lectores de Ceresciudad.com es ¿porque circula tanta gente en Ceres, y se abren comercios que deberian estar cerrados?
Las respuestas las deberiamos encontrar rapidamente en el «manual» de lo estipulado en la «cuarentena y aislamiento social obligatorio» decretado por el Presidente de la Nación Alberto Fernandez.
Pero no es asi. Cuesta entender porque la gente sigue sin «hacer» caso a lo que recomiendan los expertos. Podriamos hacer una encuesta rápida para saber que piensa el «ceresino» sobre esta enfermedad, y si realmente conoce las consecuencias de violar la «cuarentena».
No es necesaria la encuesta, porque a las pruebas nos remitimos. En un sencillo repaso, nos damos cuenta que «mucha gente, instruida, o no, de verdad le interesa poco cuidar a sus familiares y seres queridos, y en una porción tan grande que aún opina, que los expertos exageran».
Hemos visto que Ceres ya atraviesa 19 días de cuarentena o aislamiento, que se ha convertido por esa decisión en la «primera ciudad» de la provincia en tomar decisiones drásticas. Pero a su vez, también tiene una población «rebelde» que le cuesta entender los alcances de un aislamiento obligatorio.
Denuncias habituales y diarias, ‘¿porque esta abierto una corralón?, ¿porque esta abierto un taller mecánico, o un galpón de una empresa metalurgica?. Porque algunos comercios se disfrazan de «ferreterias». Porque sigue habiendo negocios que tienen prohibido abrir, con «ventanas cerradas» pero puertas abiertas. Porque algunos minimercados, o kioscos en los barrios atienden fuera del horario permitido. Porque hay tantos que «hacen delivery» en cuarentena. Son muchas las preguntas, pero poco las denuncias hechas con nombre y apellido en el Juzgado de Faltas o la comisaria local. Es probable que el denunciante tenga miedo, es obvio. Amenazas sobran en tiempos de colera por lo económico.
Esta muy claro que «habrá que ponerse la ropa de fajina y cerrar todo, sin dilaciones, y solo permitir trabajar a quienes deban hacerlo». Una decisión que deberá tomar la Junta de Defensa Civil.
El caos vehicular de cada mañana en Ceres avizora que «las reglas de la cuarentena» flaquean.
Personas en motos de manera indiscriminada, automóviles llenos de familiares, chicos con madres en las colas de las escuelas para buscar la vianda, en los supermercados, en las colas de los cajeros todos amontonados, abuelos haciendo fila, chicos jugando a la pelota en los barrios o playones deportivos, y asi muchos otros items que son denuncia permanente.
La excusa de los infractores, las más usadas, «el super abre solo por la mañana y venimos a hacer las compras, tengo que cobrar el sueldo o la asignación en el banco porque no tengo para comer, vengo a hacer un deposito de una disparadita, tengo que pagar las cuentas, llevo a los chicos a la casa de mi familia, y asi varias más».
Está muy claro que los operativos policiales de control están «desbordados» y si no se toman medidas de castigo serán pasadas por arriba.
Violar una cuarentena nacional impuesto por Decreto Presidencial, es atentar contra la Justicia Federal. Osea que las causas se tramitan en un Juzgado federal con penas que pueden ser durisimas, y de cumplimiento efectivo.
El proveerse en los negocios de cercania, panaderias, supermercados,kioscos, carnicerias, verdulerias, no habilita a salir y dar vueltas por toda la ciudad, porque se desvirtúa la norma de «aislamiento». Es algo que cuesta que se comprenda.
Si no atendemos las graves consecuencias de salud a las que nos exponemos cada vez que damos vuelta sin sentido por todos lados de 8 a 2 de la tarde, estamos arriesgando la salud de toda la población. Y hay bronca, porque muchos ceresinos cumplen con la cuarentena a rajatabla. Y no es cuestión de clases, porque la gente que debe retirar un bolson, cobrar una pensión, e ir a una farmacia o supermercado puede hacer todo en un solo viaje, y dejar de deambular. Hay que hacerlo sin chicos, sin las personas mayores en las calles.
Ceres tiene el Coronavirus cerca, muy cerca, y si nos agarra desprevenidos, dando vueltas, y exponiendonos sin respetar la cuarentena, nos va a enfermar a todos. Hay que entenderlo desde ese punto de vista, no solo la gente, sino también el comerciante que por su afán de no «fundirse» abre clandestinamente.
Martin Farias