Claro y contundente. Asi fue y debe leerse el resultado electoral en estas elecciones intermedias, que nunca alcanzaron a pegar en el electorado habilitado. Ceres tiene empadronados 14877 personas, incluidos los jóvenes de 16 a 18 años, pero apenas la mitad de toda esta masa decidió tomarse el tiempo que amerita elegir representantes. No podriamos decir que los que fueron a votar lo hayan hecho para buscar cambios o ratificar rumbos, lo hicieron porque votar es siempre un acto de culto, y que hay que cuidar.
La gran incógnita es que pasa con ese otro 50% que no quiere elegir, ni siquiera, votar con bronca. Directamente no vota, no dice, no se expresa. ¿Es desencanto, o la democracia tan venerada ya no los seduce? larga pregunta, ninguna respuesta. Que hay desencanto con los que viven de la politica, no hay dudas, pero hay formas de participar y hacerselos sentir. Eso no sucedió, por lo menos en este 2025.
Los que formaron parte de los que votaron, ese 51%, eligió lo mismo que ya había insinuado en las PASO. La lectura es clara, la gente rara vez cambia el voto, y nunca vota a perdedor. Tal vez esa «lógica» explica que Acuerdo Ciudadano, La Libertad Avanza y la Vecinal Ceres hayan obtenido los mismos votos que la primaria. Los otros, los que no habían concurrido el 13 de abril, se volcaron por las dos fuerzas mayoritarias. No dieron a lugar, para que una tercera fuerza arribe al Concejo. Primero Ceres con Mansilla captó el voto peronista que le habia sido díscolo en las PASO; ya que competía con quienes tiene en su poder el sello partidario. Hubo dimes y diretes y hasta ese sector se negó a participar de la elección general. Se bajaron de todo, y algunos enojados, prefirieron llamar a votar a otra fuerza o votar en blanco. El rencor no sabe ser una buen consejero. Y lo demostró. A pesar de las zancadillas, y las fake news, el que todos querían que no llegue, terminó llegando. Salvó la ropa del peronismo en el Concejo, porque si Busquets no tenia un sucesor de su partido, el peronismo abandonaba el legislativo definitivamente, algo que no sucedió jamás desde la vuelta de la democracia.
En el oficialismo, había confianza de los números en las PASO. Esa cifra había marcado el piso electoral. Pero se «movió» más que en la primaria, sacó a todos los candidatos a caminar o bicicletear, y empujó con obras vitales, que en el común de la gente influyen a la hora de lo electoral. Los candidatos se fotografiaron en varias oportunidades junto a la Intendente, la mejor electora que tiene Unidos, o la UCR en Ceres. No cayeron tan rápido en defenestrar a los otros, y se bancaron estoicos la critica que los bombardeó desde todos los espacios opositores. Se mostraron mas serenos y menos «anti» que en la PASO. Leyeron el panorama, y lo entendieron. Dutto y Meshler continuarán siendo concejales, pero está clarísimo que desde el 10 de diciembre, su rol será el de ser concejales de Unidos. Es muy probable que en estos meses, alguno de sus compañeros de bancada, Jullier o Brondoni, tengan posibilidades concretas de presidir el Concejo. Seguramente lo decidirá la mesa chica del gobierno que encabeza la Intendente. Se buscarán limar cuestiones propias de un legislativo que tendrá otro frente de contienda en la mesa, pero más que todo, acaparar atención en la gente de a pie, algo que no logra desde hace muchos años.
Las urnas han hablado, y el Concejo ya tiene su conformación. Pieza por Pieza, no hubo espacios para nuevas aventuras de tercera fuerza. Ceres volvió a polarizar su elección, como lo hizo siempre, de eso no hay dudas, más allá de alguna sorpresa en 2023.
MARTIN FARIAS