Una mujer de 90 años ha sido la primera persona en el Reino Unido y el mundo en recibir la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por la farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech. Margaret Keenan, de 90 años, recibió la vacuna en el Hospital Universitario de Coventry, en el centro de Inglaterra. “Si yo puedo vacunarme a los 90 años, entonces tú también puedes”, afirmó ante los medios tras ser vacunada.
El segundo paciente en recibir la vacuna contra la COVID-19, también en el hospital universitario de Coventry, ha sido un anciano de 81 años de Warwickshire (Inglaterra) que responde al nombre de William Shakespeare.
El primer ministro británico, Boris Johnson, agradeció en Twitter “a nuestro NHS [Servicio Nacional de Salud], a todos los científicos que trabajaron tan duro para desarrollar esta vacuna, a todos los voluntarios” el esfuerzo realizado para llegar a este punto. El jefe del Gobierno, quien en abril estuvo hospitalizado tras contagiarse del virus, también dio las gracias a los que han cumplido con las medidas restrictivas para controlar la enfermedad y concluyó su tuit afirmando: “vamos a combatir esto juntos”.
Reino Unido ha empezado este martes su programa de inmunización contra la COVID-19, el mayor de su historia, después de convertirse la semana pasada en el primer país del mundo en aprobar el uso de la vacuna de Pfizer-BioNTech. El ministro de Sanidad, Matt Hancock, confirmó en Twitter que todas las regiones del territorio británico han recibido ya una parte proporcional de las 800.000 dosis iniciales, que se ofrecerán en esta primera fase a los grupos más vulnerables de la población, comenzando por los mayores de 80 años.
Como la vacuna se administra en dos dosis, este primer lote, importado de Bélgica, donde se fabrica el medicamento, servirá para inmunizar a 400.000 personas, si bien el Gobierno espera contar con unos cuatro millones de dosis para final de año, de un total de 40 millones que ha encargado.
La directora del Departamento de Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Kate O’Brien, ha defendido la seguridad de las vacunas contra la COVID-19 que están actualmente en fase de aprobación en numerosos países, aunque pidió a los ciudadanos que consulten con sus médicos sobre ellas.
«Las vacunas están mostrando eficacia y si se quedan almacenadas en la nevera no servirán de nada», señaló la experta canadiense en rueda de prensa, donde señaló que a la hora de tomar la decisión de inmunizarse con ellas los ciudadanos deben acudir a fuentes «lo más locales posible y que sean de entera confianza».