Aunque en un nivel elevado, los precios de los alimentos tuvieron un enero algo más tranquilo que el sacudón que mostraron durante diciembre del año pasado, cuando aumentaron casi 30% -cuatro puntos más que el promedio de la inflación- tras la liberación de los controles y la devaluación. Así lo reflejan los relevamientos privados y también la información que recibe diariamente la Secretaría de Comercio por parte de las cadenas de supermercados (Precios claros).
“En la segunda quincena de enero mermó el ritmo de aumento de los alimentos. Si en diciembre venían corriendo al 1,5% diario, se redujo al 0,8/0,9%”, dijo una fuente oficial con acceso a la información, al tiempo que agregó que entre el 1° y el 29 de enero el aumento acumulado de los alimentos y las bebidas sin alcohol en las grandes cadenas ascendió al 28,2%, cuando durante el mismo período de diciembre la suba había sido del 44,6 por ciento.
A su vez, las bebidas alcohólicas registraron en ese mismo lapso de tiempo un aumento promedio del 25,3%, contra el 50% de suba del mismo período de diciembre; los productos de cuidado personal treparon 18,9%, cuando el mes pasado habían aumentado 37,2%; y los de limpieza, 26,3% en enero, frente al 53% de diciembre. Por otra parte, la canasta de productos frescos también moderó su ritmo durante el primer mes del año: la carne subió apenas 0,2%; las frutas, 10,7%; las hortalizas, 2,9%; y los huevos, 5%, de acuerdo con el Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos, también llamado Precios Claros. Se nutre de la información que todos los días le envían al Gobierno todas las cadenas de supermercados y que supo utilizarse como un régimen de seguimiento y control de los precios. Hoy la actual gestión lo usa solamente a los fines estadísticos.
Aunque todos los sectores moderaron, naturalmente, sus aumentos en enero, hay algunos rubros que se siguen manteniendo por encima del 30%. Tal es el caso de las harinas, derivados y cereales; azúcar, dulces y golosinas; y las gaseosas, aguas y jugos, afirmó la fuente.
Consultados al respecto, en la consultora EcoGo remarcaron que en enero los precios de los alimentos acumulan un incremento del 20,3% mensual y que la cuarta semana, que cerró el 26, mostró una fuerte desaceleración. De acuerdo con su relevamiento, el rubro que más subió en las cuatro semanas del mes relevadas fueron los fiambres, con un alza promedio del 38,5%; la carne aviar, con 29,1%; el azúcar, la miel, los dulces y el cacao (28%) y los productos de panificación, cereales y pastas (26,1%). Los aceites y grasas fueron los que menos aumentaron, con 6,2 por ciento. A nivel interanual, la carne vacuna es el rubro que lleva la delantera, con un incremento del 431,4%, seguida de los panificados, cereales y pastas, que treparon 393,1% en el año.
De acuerdo con los números de LCG, la suba de las cuatro semanas de enero promedia el 23,4%, cuando en diciembre el número alcanzaba el 32%. Para febrero, en tanto, se espera que la inflación continúe desacelerándose, en sintonía con lo que está sucediendo con el consumo, que se cayó 10 puntos en enero respecto del mismo mes del 2023, según coinciden empresas productoras de alimentos y bebidas y supermercados.
De acuerdo con datos preliminares que tiene la consultora Scentia, hasta la tercera semana de enero las ventas en las cadenas acumulaban una caída del 12 por ciento. “A priori, la inflación de alimentos para febrero podría rondar el 11%; ya que a diferencia de lo que pasó en diciembre, el arrastre que deja enero para febrero es significativamente más moderado”, explicó Milagros Suardi, analista de EcoGo.
Fuente: Infobae