Culminó el año electoral provincial. Esto mismo se repetirá pero dentro de 4 años. Este domingo quedará en la historia por las cifras apabullantes del ganador para la Gobernación, el muchacho de Hughes Maximiliano Pullaro. Tranquilito y por la orilla, como dice la jerga, Pullaro cimentó su poderoso andar para llegar con mucha gasolina a la final. En el camino, debió superar varios escollos. Primero aquella derrota electoral como candidato a Senador Nacional a manos de Losada y Scarpin. Pero no se quedó en eso. Siguió militando, pueblo a pueblo, ciudad por ciudad. Mientras armaban el frente de frentes o Unidos, Pullaro se apoyaba en Felipe Michlig y la UCR de NEO. Allí estuvo su fuerte para resistir el embate lógico del PRO, otro socio del frente conformado por más de 10 partidos de la provincia. Tal vez, y como sabe suceder en la política nuestra, a Pullaro lo subestimaron. Le tiraron por la cabeza a Carolina Losada, y todos los medios de comunicación de Buenos Aires, y asi y todo salió airoso en la PASO y allí pegó el primer grito. Lo demás iba a ser un trámite, como lo terminó siendo. Pero Pullaro jamás se durmió en los laureles de las PASO, salió a caminar con todo la provincia con el mensaje «esto todavia no terminó, todavia no ganamos nada». Y esa estrategia pullarista, propia del Michligsmo fue decisiva. Pullaro estuvo en todos lados, el Peronismo no. A pesar del esfuerzo de Perotti en una marea de inauguraciones, su candidato a Gobernador jamás mamó esa misma idea. Los resultados de esas desaveniencias quedó en evidencia. Pullaro hizo historia. Pasó claramente el millón de votos, arrastró a la victoria a su lista de diputados, y por primera vez un gobernador tendrá tanto fuego amigo en las cámaras legislativas. Lo hizo Pullaro, lo hizo Michlig, lo hizo el radicalismo que fomentó está alianza poderosa, con la única ambición de ganar una elección y sacar al peronismo del medio. Vaya si lo consiguió. El Justicialismo hizo su peor elección desde la vuelta de la democracia. No solo perdió por paliza la gobernación, si no que además el gobernador perdió con su lista de diputados algo que no sucedía nunca. Se quedó sin las ciudades que deciden la gran mayoria de los votos, como Rosario, Santa Fe y Rafaela, que después de 34 años el peronismo dejará de gobernar. Tremendo. EL PJ avergonzado se deberá rearmar desde los cimientos. Ya no hay Intendentes que encaren una posible candidatura a la gobernación, eso deberá salir desde las Cámaras legislativas, pero quedaron pocos. Será un verdadero desafío para el Justicialismo reamarse tras semejante derrota electoral.
Pero no solo en lo provincial la cosa viene fulera. En Ceres, el peronismo por primera vez desde la vuelta de la democracia no ingresa a nadie dentro de una elección legislativa. Eso no habia pasado nunca. Pero ya habian sido avisados. En 2021 perdieron la elección categoricamente, y no se dieron cuenta. Profundizaron una grieta que jamás pudieron disimular. Hay mucho ego dentro de las filas peronistas ceresinas, y esos egos ya no tienen votos propios. Tal vez esta derrota electoral ayude a encausar a un peronismo que indefectiblemente ya no deberá tener a estos candidatos de los últimos años en una lista. No será una tarea fácil, pero deberán intentarlo.
El oficialismo demostró que cuatro años le fueron pocos. Y la ciudadanía tambien lo entendió. La pandemia demoró muchas cosas, pero lo que más atrajo al elector que acompañó a Dupouy es el poco apoo que recibió de la provincia y nación. Ambos gobiernos justicialistas se acordaron poco de Ceres, y eso la gente no lo perdonó. La votaron a Dupouy por las virtudes en tiempos dificiles, pero tambien le dieron esa confianza de tener un Concejo plenamente oficialista. Dupouy por primera vez gobernará con cuatro concejales. Guirado se convirtió del tridente de candidatos a la tercera banca en Concejal. Los votos de Guirado se leen claramente, tiene votos peronistas que no pudo captar Sanchez, y que el peronismo ya habia perdido en 2021. Son electores que no votarian nunca al radicalismo. Pero la propuesta del peronismo no los enamoró. Guirado llevó ese mensaje más opositor y con eso le alcanzó para obtener lo único que estaba en juego tras las PASO. Por su parte Aldo Blanco no se impuso, pero quedó en el tintero para ser un muy consolidado candidato para elecciones venideras. Ya no será miembro de Escucharte, eso ya es historia. Blanco decidirá el mismo porque lugar del futuro politico ceresino se alineará. Tiene más de 1200 votos para sentarse a negociar condiciones con quien lo convoque.
El domingo apagó el año politico que se repite cada 4 años. Si son sorpresas o no los resultados impuestos, será cuestión de análisis de quien quiera mirar el vaso del lado que conviene. Viene otra época, todo cambia, lo pide la gente, y es bueno poder entender ese mensaje si se quiera evitar la extinción.
MARTIN FARIAS