Después de mucho tiempo sin noticias, hoy podría decirse que fue un buen día para el básquetbol argentino. Tras los mensajes que envió a través de los medios Gerardo Montenegro a Matías Lammens, el Secretario de Turismo y Deportes de la Nación recibió hoy vía zoom tanto al presidente de la AdC como al de la CABB, Fabián Borro. Y el saldo fue positivo.
¿Cómo sigue la historia? Desde la AdC están pensando de forma concreta en cómo volver a la actividad en la Liga A. Primero, aspiran a lograr que el gobierno apruebe inicialmente los protocolos para entrenamientos al aire libre, y que se puedan comenzar en setiembre, para que en octubre ya se puedan hacer 5 contra 5. Ese es el inicio.
Si el esquema es aceptado, la idea mayor tiene que ver con un sistema de burbujas en dos sedes, que posiblemente ninguna sea en Capital Federal, para que la logística tenga que tener menos movimiento durante el desarrollo y menos contacto con gente.
Las burbujas serían dos, de 10 equipos cada una, y la idea que se estaría manejando es que una sea antes de fin de año, jugándose la mitad de lo que sería una fase regular de 18 partidos (todos contra todos, a dos rondas, en cada burbuja), en un período que podría ser de 40/50 días. En noviembre y diciembre. Al retorno de las fiestas, sin apuro, se jugaría la otra burbuja, por un tiempo similar.
Obviamente, en este esquema no habría ni Súper 20 ni Liga de Desarrollo, pero sí descensos, algo importante de destacar, porque involucra de alguna manera a la Liga Argentina, que tiene otro esquema de retorno distinto.
Para que se pueda hacer un sistema de burbujas, es fundamental tener un protocolo bien aceitado, en el que todos los que sean parte de la misma puedan ser hisopados y trasladados a la sede correspondiente sin contacto alguno con nadie, cosa que no sea necesaria una cuarentena de 14 días, porque eso haría casi inviable cualquier sistema.
El plan general, según pudo averiguar Básquet Plus, es que al finalizar las dos burbujas, pueda estar disponible una vacuna que permita su compra de forma privada y así completar lo que quede de la temporada (playoffs en principio), ya con una estructura de juego más cercana a lo normal, aunque obviamente sin público.
El otro tema importante es dónde podrían ser las burbujas. A diferencia de lo pensado, difícilmente se juegue alguna en Capital Federal, aunque no está descartado. Si se logra armar un protocolo estricto de seguridad con hisopado general, jugar en cualquier ciudad sería prácticamente lo mismo. Y Buenos Aires genera mayor problemática para la movilidad, teniendo en cuenta que el AMBA está con muchos contagios y es inevitable mayor contacto con la gente.
Para lograr de cualquier manera la autorización para jugar en cualquier punto del país, se necesitará la autorización del Ministerio de Salud de la Nación y luego del Ministerio de Salud de la provincia elegida, como así también de la intendencia. No será una tarea fácil, pero tampoco imposible. Lo que se busca es terminar con la inactividad general que involucra a muchos trabajadores, desde jugadores a entrenadores, pasando por árbitros, oficiales de mesa, etc.
En cuanto a la Liga Argentina, por una cuestión de costos y logística, es más difícil que arranque con burbujas (no está del todo descartado), aunque es más viable la opción de que arranque cuando esté la vacuna, ya que la categoría no tendría problemas en extender su calendario, incluso durante los Juegos Olímpicos de Tokio, algo que la A no puede hacer.
Todo comenzará a despejarse una vez que, en las próximas dos semanas, se le acerque a Lammens la idea general, con los protocolos correspondientes y los formatos de las burbujas (en principio Lammens no vio mal la idea). Arrancará ahí la mesa de trabajo conjunta con un objetivo final: jugar la Liga 2020/21. Empieza una carrera sin urgencias, pero con la intención de que sea un camino al regreso, ya sin retrocesos.
Fabián García / fabiangarcia@basquetplus.com