En la antesala de la Navidad 2020 ya no sonaron las estruendosas bombas anunciando el nacimiento. Tal vez, el impacto de la primera Navidad ceresina con la determinación de la prohibición del uso de la pirotecnia, como asi tambien su venta, haya tenido su primer logro.
Aunque algunos vecinos denunciaron via redes sociales algún ruido pirotécnico, pero este no fue general. Lejos quedaron aquellas noches de celebración con la ansiedad de esperar la medianoche para presenciar el espectáculo de bombas de estruendo o fuegos artificiales sonoros. Las principales consultas al respecto tuvieron que ver con las sanciones que se aplicarán a quienes manipularon pirotécnia en caso de haber sido denunciados.
Esta vez, ya no fue un hecho significativo y relevante para celebrar navidad el uso de la pirotecnia. Más aún, teniendo como referencia que esta fue la primera Navidad bajo la modalidad de «ciudad libre de pirotecnia».
Tampoco se logró ver, la pirotecnia no sonora, que obliga a desembolsar una importante cantidad de dinero para poder comprarla.
Otro dato relevante es la escasa cantidad de denuncias en redes sociales por el extravío de animales que a causa de la pirotecnia en otros tiempos abandonaban despavoridos su propio hogar.
Aunque esta no ha sido aun la última celebración donde se mida el impacto de la flamante ordenanza de pirotecnia cero, no se descarta que para las celebraciones de año nuevo, el número de artefactos pirotécnicos sonoros usados, sea ínfimo.