En este momento estás viendo La historia de la ceresina Guillermina Ferra, destacada en Clarin

La historia de la ceresina Guillermina Ferra, destacada en Clarin

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Generales

“¿Por qué no hacemos un proceso de adopción?”. La propuesta la hizo Manuel, quien ya se sentía padre de Guillermina y oficiaba como tal, pero quería llevar ese sentimiento también al ámbito legal. Ella -en ese entonces de 19 años- lo conocía desde que tenía 2, cuando él formó pareja con su mamá y comenzaron a vivir juntos.

Una década después, en medio de su luna de miel, llegó el último de los papeles que determinaba lo que ambos construyeron: Guillermina ya era hija de Manuel Uberti.

Guillermina Ferrá tiene 29 años, es psicopedagoga y el 4 de octubre pasado, mientras recorría Italia con su flamante marido, recibió la noticia que esperaba: “Me habló mi mamá para contarme que salió, por fin, mi nueva partida de nacimiento. En esa partida figura que soy hija de Mariana (mi mamá) y de Manuel (mi papá por elección). La persona que eligió a mi mamá y también a mí cuando era muy chica”, contó en ese momento.

En su cuenta de Instagram (@espacio.psicope), donde cuenta con más de 78 mil seguidores, compartió: “Un día surgió la posibilidad de hacer un proceso de adopción. Siempre supe que no quería cambiarme el apellido de mi mamá, porque forma parte de mi historia y de mi identidad. Siempre fuimos una familia. Mi mamá, Manuel, mis hermanos y yo. Tal vez un papel no cambiaba nada o podía consolidar absolutamente todo”, mientras agradecía a padre y madre junto a una foto con ambos.

Hoy todo se resignifica para Ferrá: está embarazada y, ante la llegada de su primer hijo, se emociona al rememorar el modo en que construyeron y consolidaron los vínculos dentro de su familia, que se completa con sus tres hermanos.

“Nos elegimos como padre e hija”
“Siempre fuimos una familia, nos quisimos y nos elegimos como padre e hija”, resumió Guillermina sobre esta historia que se dio de un modo muy natural. Y, si bien en la práctica todos los hermanos eran criados de la misma manera, faltaba una formalidad -que para todos era mucho más que eso- que sellara aquella igualdad ante la ley.

El proceso fue largo: desde la propuesta de Manuel pasó un tiempo hasta que comenzaron con la parte burocrática. Al trámite de adopción le siguió la partida de nacimiento y, con ello resuelto, ahora es el turno de actualizar el DNI.

Sin embargo, hay algo que Guillermina no quiso cambiar, pese a ser legalmente hija de Manuel. “Me preguntaron si me quería cambiar o agregar el apellido, pero por una cuestión de identidad no quise. Lo importante es que figura que soy hija de mi mamá, Mariana Ferra, y de Manuel Uberti”, señaló.

Llegar a este punto, admitió, “fue muy movilizante”. No sólo para ella y su papá, sino también para su madre. “Fue un montón: por su historia, por haber quedado embarazada en ese momento sola, en un pueblo…”, destacó al recordar que nunca hubo presencia del padre biológico. “Yo venía con mucha carga de mi historia de abandono y, Manuel, con su decisión tan valiente, pensó en mí y en mi futuro”, añadió.

Eso que en un principio creyó que era “sólo un papel”, se convirtió en una oportunidad: “Nos ayudó a poder expresarnos lo que sentimos, tuvimos un evento para decirnos ‘gracias’ y ‘te quiero’”.

Guillermina se casó y en plena luna de miel supo que su partida de nacimiento decía lo mismo que su corazón: fue su mamá quien la llamó para avisarle que Manuel ya era su padre también ante la ley.

Dos meses después, reflexionó, sigue siendo protagonista de ciclos que finalizan y otros que comienzan: «Estoy embarazada, me emociono. Siento que se cerró una historia como hija para abrirse una nueva como mamá». Guillermina tendrá un hijo y, Manuel, un nieto.

Fuente Clarin