“A cada chancho le llega su San Martín” según reza el refranero popular, reflexión que alude a que cada uno recibirá en su momento la respuesta por los actos cometidos. La “clase política” tuvo el domingo el “San Martín” (Milei) que merecía por tanta sordera hipócrita acumulada, abusando del slogan “hay que escuchar a la gente”, cuando siempre la escucharon, pero nunca hicieron los que les pidió. Apareció un día cualquiera (no tan cualquiera, lleva años diciendo lo mismo) un extravagante personaje despeinado, impulsivo, autoritario, agresivo en sus modos y formas, de profesión economista llamado Javier Milei, que además de prometer dolarizar en un país donde todo el mundo ahorra en dólares, le gritó al oído a la vecina de la cola de la verdulería y el vecino del bar de la esquina lo que querían escuchar. Y ganó en todo el país.
Inmediatamente surge la pregunta conminatoria: “¿y lo hará, porque propone cosas cuasi extravagantes”?; la respuesta de ese vecino y esa vecina (pero también de ese profesional, monotributista, empresario pequeño y grande, desempleado – y hasta “planero” – chacarero ó joven estudiante o “ni ni”) es: “¿y qué importa, si todos los otros nunca hicieron nada”?. El placebo quizás pueda salirnos caro.
¿Qué escucharon siempre “los políticos” de “la gente” (de la que dicen “hay que escuchar”), pero que Milei se ocupó de incorporarlo a su repertorio discursivo?: “hay que echar a todos los ñoquis del gobierno”; “hay que mandar a los atorrantes a trabajar y cortarle los planes que solo sirven para que los que pagamos impuestos mantengamos vagos”; “hay que terminar con tantos ministerios, secretarias y organismos (empezando por el Ministerio de la Mujer y el INADI), que solo sirven para meter acomodados y militantes – cuando no para “chorear” – y después aumentan los impuestos para mantenerlos” (Milei lo academiza hablando del déficit fiscal); “crean leyes para salvarse ellos, pero nunca en beneficio de la gente”; “gobiernan para las minorías que los aprietan por los medios” (de ahí que Milei acaba de proponer un plebiscito para derogar la ley del aborto, y lo hará con la Ideología de Género y otras “conquistas” por el estilo).
Naturalmente que la frutilla de la torta es la dolarización, en un país que desde los monólogos de Tato Bores ahorra en dólares. El combo perfecto para triunfar en todos el país, marcarle la agenda a Patricia Bullrich (a Massa no, porque jamás le prestaría atención a lo propone Milei), y de esa manera ganar la primera batalla emotiva, discursiva y cultural.
Le queda por delante a Milei la decisiva compulsa del 22 de octubre para dar por terminada su guerra; o estirarla hasta el 19 de noviembre.
De la habilidad de Patricia Bullrich y sus equipos para apropiarse con estilo propio de todas esas consignas (que forman parte de los conceptos sociológicos de quienes votaron y volverían a votar a Milei) dependerá evitar que Javier Milei gane en primera vuelta, ganar ella, o se alargue el partido hasta el 19 de noviembre.
Patricia Bullrich y Javier Milei – ¡ni hablar de Sergio Massa!- tienen un elemento que los compele: la angustia económica de la sociedad que en cualquier momento se transforma en protesta social; y que podría eyectar al Ministro – candidato de su sillón, con la letal consecuencia de pedido de adelantamiento de las elecciones generales.
En el actual estado de cosas, el 22 de octubre es una eternidad.
Los votos de Milei en Santa Fe
Roque Cantoia, titular de la consultora Doxa Data realizó un atractivo trabajo sobre el origen de los votos de Javier Milei en la Provincia.
Explica Cantoia que Milei obtuvo 646.351 votos y los compara con las elecciones del 2019, señalando que Juntos por el Cambio perdió 96.000 votos, pero casi no registró cambios en la ciudad de Rosario, mientras que Unión por la Patria registró 487.000 votos menos, cayendo al menos el 50% en todos los departamentos.
Agrega Cantoia que tanto Juntos por el Cambio como Unión por la Patria perdieron votos en los 19 Departamentos, sin embargo el porcentaje de retención cambia significativamente; el peronismo no retuvo más del 50% en ningún territorio, mientras que Juntos por el Cambio sacó el 70% de los votos del 2019 en los Departamentos más poblados.
“Capítulo aparte – dice Cantoia – merece el análisis de la elección en Rosario, donde la suma de Larreta y Bullrich casi iguala la performance de Mauricio Macri del 2019; pero Unión por la Patria perdió casi 200 mil votos que explica el 80% del votos Milei en Rosario”.
El titular de Doxa Data agrega que en el Departamento San Lorenzo, donde Milei se acercó al 40%, el peronismo perdió 30 mil votos entre instancias electorales. Algo similar se registró en Castellanos y General Obligado, aún con gobiernos locales presididos por intendentes peronistas.
“En definitiva, señala Roque Cantoia, en términos nominales (cantidad de votos) el crecimiento exponencial de Milei se explica mayoritariamente por fuga de votos que en el 2019 acompañó a Alberto Fernández, sobre todo en los grandes centros urbanos”.
Finalmente el analista concluye en que “no obstante, aunque Juntos por el Cambio retuvo el 85% de sus votos, no logró mejorar su nivel de adhesión a pesar de ejercer su rol de principal opositor a un gobierno nacional que posee menos del 30% de aprobación”.
Poco para celebrar para ambas fuerzas.