“Pagaría por saber cuál es la estrategia de Omar Perotti, porque la verdad que nos tiene bastante confundidos a todos”, cavilaba un diputado peronista el jueves en la playa de estacionamiento de la legislatura luego de la sesión, después que una vez más radicales y socialistas se despacharan en el recinto con una ristra de proyecto de comunicación y pedidos de informes con ácidos discursos, sin haber tenidos nuevamente devoluciones por parte del oficialismo; entre ellos uno del radical Fabián Bastía acusando a la EPE de haber retenido más de 7 mil millones de pesos que debían haber ido a parar a la distribuidora Cammesa: “desde que asumieron nunca le pagaron a Cammesa”, descerrajó.
Este legislador peronista no es el único, sino que se van sumando diputados que por lo visto no se animan a visitar a su líder político – el Gobernador – para recibir instrucciones sobre las estrategias a seguir, de acuerdo con el plan trazado. Queda claro que el Gobernador por ahora decidió soldar el bloque de senadores peronistas. Aunque nada allí es perenne. Armando Traferri nunca promete nada definitivo; prefiere tomar recaudos y moverse en el “día a día”. Desconfía.
La semana pasada escribíamos nos preguntábamos si el Gobernador Perotti estaría dispuesto a recibir para su promulgación una “Ley mula”, esto es, un plexo híbrido y estéril. Sin haber hablado con el Primer Mandatario, podríamos asegurar que no. “Estamos lejos aún”, balbuceó un interlocutor del Gobernador, quien transmitió la inquietud del Ejecutivo de contar con mayores recursos de los que pretenden otorgarle.
El FPCyS acorraló al gobierno.
El miércoles último, tras haber recibido a intendentes radicales y al filo socialista santafesino Emilio Jatón, referentes legislativos del FPCyS le acercaron a los senadores peronistas el borrador de lo que ellos interpretan debería ser un texto que ayude, dentro de la Ley de Necesidad, financieramente a los jefes municipales, cuya lectura y filtro debiera ser primero del Gobernador, para ahorrar tiempo y esfuerzos, toda vez que esta nueva redacción contiene aspectos de difícil digestión para el poder ejecutivo.
Además de autorizar al Poder Ejecutivo a tomar deuda, el proyecto define que la mitad la utilizaría la Provincia para ponerse al día con las acreencias, y la otra mitad sería para darle asistencia financiera blanda a municipios y comunas, incluyéndose lo que estaba en el proyecto con media sanción del año pasado: Santa Fe y Rosario (1.000 millones de pesos este año) en el Fondo de Obras Menores, más el uso de la mitad de obras menores para gastos corrientes. Pero hete aquí lo que seguramente no pasará el tamiz de la Casa Gris: se le quita al gobierno la discrecionalidad de distribuir los fondos (experiencia reciente con los ATN) y fijar las condiciones de cómo se presta.
De esta manera, los municipios y comunas recibirían el triple de lo que preveía el proyecto original, y sin depender de la discrecionalidad del Poder Ejecutivo (Perotti).
Otra cuestión que provocará urticaria en el gobierno: se autoriza a los municipios y comunas a tomar deuda por si mismos hasta un cierto monto, mientras que la parte del endeudamiento que iría a la Provincia sería menor a la que prevé el proyecto redactado en la Casa Gris. ¿Se entiende por qué el interlocutor del Gobernador dijo “estamos lejos”?.
De esta manera, el FPCyS desarticula quirúrgicamente el discurso oficialista de no tener una la ley para asistir a municipios – y comunas – en problemas; y de no contar con las “herramientas” para hacer frente a las deudas. Ni hablar del capítulo “súperpoderes”: no quedaría ni uno.
Perotti tuvo su primera baja.
Renunció el secretario de Hacienda de la provincia José Luis Milessi aduciendo “motivos personales” para dejar el cargo, aunque en los pasillos se comenta que el roce entre el Poder Ejecutivo y la Cámara de Diputados por el retaceo de envío de las partidas, habría sido el detonante para la partida de Milessi.
Milessi seguramente se percató de que se estaba metiendo en problemas por obedecer la orden de sus superiores de no enviar las partidas presupuestarias a la Cámara de Diputados, toda vez que el artículo 34 de la Ley Tributaria lo conmina a “mantener la regularidad necesaria” de los fondos para los poderes legislativo y judicial. Ese artículo no existía en la Ley; se incorporó en la sanción de diciembre pasado.
El Secretario de Hacienda es uno de los cargos con más poder en cualquier estructura de gobierno, equiparable a un ministro sin cartera y conocido en la jerga de palacio como «el perro guardián del presupuesto y de la caja». Y está a tiro de que “le pinten los dedos” ante cualquier irregularidad. En Diputados aún persiste el malestar por la pereza en el envío de los fondos que le pertenecen; la imputación “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, ya comenzaba a escucharse en los pasillos del Parlamento.
Además, también habrían mellado los ánimos de Milessi el conflicto planteado con contratista del Estado – entre ellos la Cámara de la Construcción – por la falta de pagos. ¿Por qué habría de inmolarse Milessi si no es un cuadro político?, solo un solvente técnico que fue a “darle una mano” a Walter Agosto.
Inseguridad: una hidra de siete cabezas para Perotti – Saín.
El Gobernador Perotti no falsea la realidad cuando afirma que la inseguridad “no se resuelve de un día para el otro”. Pero a esta altura de las circunstancias, suena como una frase hecha a destiempo, sobretodo porque la violencia – que no es lo mismo que la inseguridad, aunque pudiesen estar emparentadas – aumenta exponencialmente, sobremanera en Rosario y Santa Fe.
El Ministro de Seguridad Marcelo Saín, además de quejarse porque los medios no difunden los logros de su cartera (cosa que no es tan así), apela a explicaciones como la “estacionalidad” del delito en la temporada estival, que tal vez desde lo académico y estadístico tenga sus certezas, pero suenan vacuas cuando la sociedad vive “con el corazón en la boca”. Eso también es sociología.
A esta altura, la comunidad advierte que evidentemente “pasan cosas” (o, lo que es por “no pasa nada”) en esa área de gobierno. Y que el Gobernador Perotti debiera “meter mano” antes de que sea demasiado tarde. No creemos que la renuncia, forzada o voluntaria, del Ministro Saín pudiera ser la solución, más bien nos inclinamos a pensar que el Gobernador debiera darle una vuelta de rosca a otras cuestiones; y que no incumben únicamente al área seguridad donde, dicho sea de paso, el servicio penitenciario está en una situación de colapso también.
El Ministro Saín suele explicar que la proliferación de ajustes de cuenta entre presuntuosas bandas narcos, está relacionado con la inexperiencia y fogosidad con que manejan el negocio las terceras líneas en ausencia de los antiguos jefes, muertos o presos. “Se transformaron en simple tira tiros”, describe el funcionario.
Y la inseguridad tiene enclaves mucho más profundos; el contrapunto ideológico entre el diputado peronista Oscar Martínez y su par Carlos del Frade en torno del Código Procesal Penal Juvenil, pusieron en evidencia dos modelos de pensamiento político ideológico de cómo debiera abordarse la cuestión relacionada en este caso con los menores que delinquen.
A manera de corolario de esta columna, nos quedamos con las intenciones que escuchamos este sábado en la celebración de misa: “por la pobreza, la falta de trabajo y la crisis moral y de espíritu”.
En esa bendita Argentina está incubando un germen peligroso. La milenaria Iglesia Católica lo está advirtiendo.