Cuando Clinica Nacer de Rafaela cerró sus puertas las alarmas sonaron tan fuerte que el propio gobierno provincial debió sacar fondos para destinarlos a la clinica y estirar la agonía. Desesperaba el quedarse sin atención neonatológica en la tercera ciudad más poblada de la provincia, y donde miles de niños se atendian diariamente de distintos puntos del centro norte provincial.
En San Guillermo, la clinica privada nunca pudo ser salvada y terminó cerrando, dejando a muchos sanguillerminos en aquel momento mirando el panorama sin lograr entenderlo. El municipio puso horas de trabajo para apuntalar una iniciativa publico privada.
En Ceres, la salud privada viene atravesando los mismos avatares de estos nosocomios antes nombrados, pero como la realidad de miles de otros centros médicos en distintos lugares del pais. La realidad de la Clinica Ceres Salud es la misma que la de otras. Ya desde su fusión se empezó a insinuar que la cosa venia complicada y dificil. Dos clinicas privadas debieron compaginarse para soldar una estrategia unida, la Mater Dei, se fusionó con Parque Ceres y ahí nació Ceres Salud. Con el correr del tiempo, en el pais, el sistema de la medicina privada siguió hacia abajo, y la situación de esta clinica ceresina pende de un hilo. Lo explicó correctamente Aldo Blanco, candidato a Concejal en su visita a Máxima FM el viernes, «la situación es muy delicada, y si Ceres Salud cierra, nuestros pacientes derivados a internación no tendrán más camas». Lo explicó claramente.
Desde el viernes, una nota enviada por el sindicato de ATSA pudo dar a conocer que los empleados de planta en esa clinica estaban de asambleas permanente. Piden que se les atiendan sus derechos, y se les cumplan con convenios firmados pero nunca plasmados en la realidad. Buscan que se blanquee la situación de empleados contratados y que trabajan en la informalidad. Un reclamo muy válido y totalmente entendible. Claro que este medio se comunicó con todos los actores, y la cosa está verdaderamente muy dificil. El municipio en tiempos de pandemia, propuso un fondo de asistencia de salud a esta clinica privada por montos que permitan sostener la planta de empleados. Tambien puso un administrador, Juan Pablo Jullier, que cuando se postuló politicamente a Concejal le habia advertido a los socios de la clinica, y al propio gobierno, que llegado el momento daba un paso al costado para dedicarse integramente a su carrera politica. Esto no es nuevo, más allá que se quiera poner en el tapete que Jullier haya puesto su renuncia a disposición con todo el directorio por esta situación de los empleados en particular. «Nada de eso es verdad» nos ratificó uno de los socios de dicha clínica.
Lo que sucede es que hay campaña politica, y lamentablemente se querrá poner negro sobre blanco solo por réditos políticos, sería una verdadera pena, y pérdida de tiempo. Se desvalorizaría el auténtico reclamo del personal que pide mejores condiciones laborales. Las cuestiones no se basan en nombres, se basan en situaciones, y acá hay una situación muy dificil que será complicadisima remontar. Uno de los propietarios de este lugar se manifestó diciendo que «entendemos todos los reclamos, pero acá estamos muy cerca de quedarnos todos sin trabajo, médicos, y empleados, esto es lo que realmente nos duele».
Las ayudas que ha venido brindando el gobierno de la Ciudad han sido solo un paliativo, solo eso, nunca fueron propuestas como solución. Incluso en algún momento se cuestionó que el municipio se entrometa en cosas de privados. Claro está y a las pruebas nos remitimos, que si no se hubiese entrometido, Ceres Salud ya estaría cerrada, y con muchos empleados sin trabajo.
Pero tampoco será solución el seguir ayudando económicamente a las arcas de la clinica, si no hay un cambio rotundo en las politicas de salud, si las obras sociales no recuperan su vigor y la salud no se convierte en una verdadera politica de estado a nivel nacional. Si esto no pasa en un corto o mediano plazo, no solo Ceres Salud será cerrada, miles de clinicas serán cuestión del pasado.