Los inspectores de tránsito no podían salir de su asombro, y no es para menos, en un control carretero de rutina vivieron una situación sorprendente. El conductor de un automóvil estaba tan alcoholizado que al soplar rompió el aparato con el que se realiza el test de alcoholemia.
El incidente se registró ayer en Lago Puelo, Chubut, en la ruta provincial 16, en el límite con la provincia de Río Negro. Ahí una delegación de Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV), junto a la Policía del Chubut y la Dirección de Tránsito local, realizaron controles preventivos en horas de la madrugada.
Al detener para someter a la verificación de rutina a un automóvil Renault 12 rojo, se dio un episodio insólito. El conductor no solo no tenía la documentación reglamentaria sino que estaba tan borracho que, cuando sopló el alcoholímetro, la medición subió tanto que dejó de mostrar el el grado de alcohol en sangre.
«Al no mostrar numeración en el alcoholímetro, el mismo supera la medición máxima de alcohol en sangre», señalaron las autoridades de la provincia en un comunicado, y añadieron: «La persona no contenía la documentación que acredite la propiedad del vehículo», por lo que se lo retuvieron. La situación fue tan extraña que el propio comunicado oficial la catalogó como «insólito».
Sin embargo, no fue el único caso de un test positivo. En Trelew, los controles realizados en la zona céntrica de la ciudad detectaron ocho alcoholemias positivas, donde la graduación más alta fue de 1,27 g/l. (el máximo por ley es de 0,5 gramos). Lo mismo pasó en Playa Unión. En las entradas de la villa balnearia, hubo operativos preventivos donde cuatro conductores dieron positivo.