La denuncia la realizó una alumna del Colegio Santa Teresita de la localidad de Hersilia. La decisión fue entendida por los jóvenes alumnos como inusual y que desvalora el trabajo realizado por todos los chicos en materia de investigación sobre la historia reciente que afectó a miles de trabajadores en la época del capitalismo de fines de siglo XIX. En su cuenta de Facebook Anna Schmidt, recibió miles de adhesiones tras su denuncia pública.
Los alumnos de quinto año estamos muy apenados, y hasta bastante decepcionados, sobre las medidas que tomaron los dirigentes de nuestra escuela primaria en cuanto a sacarnos nuestro trabajo para prohibir mostrarlo a nuestras familias esta noche en la Fiesta de la Familia. Sentimos que se faltó el respeto a nuestro esfuerzo, dedicación y tiempo, ya que este trabajo lo comenzamos en 2017 para darlo por finalizado este año, por lo que llevó tres años de dedicación. En nuestro proyecto nosotros buscamos informar acerca de lo ocurrido a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX en La Forestal, que se ubicó en el norte de nuestra provincia. Para obtener datos verídicos y que la información sea lo más exacta posible realizamos un viaje en 2018 a Villa Guillermina, uno de los pueblos en donde estaba ubicada la fábrica de tanino.
Creemos que es un acontecimiento histórico para no olvidar que capitalistas extranjeros nos hayan quitado nuestros recursos naturales. Por está razón realizamos este trabajo, en el que además, establecemos puntos de encuentro y similitudes con las actividades económicas que en la actualidad perjudican a la naturaleza en nuestra región. Además, al asistir a una escuela religiosa, basamos nuestro proyecto en los argumentos que expresa el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si. El hecho de que no quieran que expongamos nuestro trabajo porque refleja una crítica al sistema capitalista y expone una problemática social, no sólo nos parece aberrante al querer negar la realidad y la historia, sino también una forma de censura. Esto último principalmente nos duele, y queremos una escuela en la que no se nos quite libertad de expresión. También nos apena que nuestra escuela primaria no confíe en nuestra formación y educación, la que ellos mismos nos brindaron. Por último, lo ocurrido nos hace dudar de sus intereses e intenciones por las cuales quieren que silenciemos esto.