Una vez escuche que en tiempos difíciles están los que se largan a llorar, y lo que aprovechan a vender pañuelos. Yo tomé la decisión de venderlos. Me banque 45 días con el virus, críticas de la gente, escraches, mentiras, viralizaciones de fotos mías, videos, amenazas por ser un paciente de covid 19 y lo más difícil el destrato de mucha gente.
Pero lo que viví ayer, ser arrestado por la orden del Gobernador Zamora, en la forma que se hizo, teníamos las habilitaciones y permisos del municipio para abrir nuestras puertas después de 60 días. Nuevamente fotos mías con esposas, mostrando la cara, videos sin ningún tipo de filtro. Absolutamente nada de privacidad, menos aún de profesionalismo. Ni a los asesinos, ni a violadores los exponen así.
Los periódicos me ensuciaron públicamente por todos lados mintiendo otra vez. Y volver a tener que pasar por la misma situación, sin duda que no tienen idea del mal que me hicieron, la tristeza y angustia que se vive al transcurrir éstas situaciónes. Como me expusieron frente a todo el mundo siendo una víctima entre el gobierno de la provincia y el municipio. Sinceramente me da asco la política Argentina, y sobre todo la burocracia santiagueña.
Sólo espero que la gente que me ensució (cómo Zamora) me pida perdón personal y públicamente, si realmente son personas.
Solo me quedan palabras de agradecimientos a toda la gente de la ciudad de Selva, que me brindó su apoyo en todo momento a través de las redes sociales y con sus llamadas y msjs. Créanme que me hicieron sentir su afecto.
A mi familia que es de hierro y me banco en todas, cómo así también al oficial Pablo Villareal y su gente de confianza.