La Unión Cívica Radical revive sus tradiciones constantemente y, una vez que terminó la interna con el PRO por los lugares en las listas para legisladores nacionales, no perdió tiempo y avanzó en una nueva interna, pero en este caso puertas adentro.
En estos días se reabrió la discusión por la sucesión de Alfredo Cornejo al frente del partido: el ex gobernador de Mendoza culmina su mandato en diciembre y ya hay varios nombres en en danza para sucederlo que se definirán en la Convención Radical, entre casi un centenar de delegados en representación de cada una de las provincias.
Uno que viene desde hace tiempo caminando hacia al cargo es el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. El referente radical, que tampoco esconde sus aspiraciones de ser candidato a Presidente de la Nación, estuvo en La Rioja hace unos días y en una entrevista radial señaló: “Tengo la convicción de ser candidato a presidente por el radicalismo, la idea es fortalecer Juntos por el Cambio”.
Morales es quien corre con ventaja porque, según aseguran varios radicales, es quien cuenta con buena parte de los votos necesarios para suceder a Cornejo al frente del centenario partido.
A pesar de esto, no sería el único gobernador que a partir del lunes, ya con los resultados de las elecciones de medio término sobre la mesa, se lanzará a disputar la presidencia de la UCR.
Desde el norte del país comenzó a trascender que Gustavo Valdés, el jefe del estado subnacional de Corrientes, sería el “tapado” de esta nueva interna radical que buscará arrebatarle la posibilidad a su par jujeño.
Valdés se mostró hace unos días junto al diputado nacional y presidente del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, y el senador Ricardo Buryaile. “Dialogamos sobre el importante proceso de revitalización que vive la UCR Nacional, la unidad de Juntos por el Cambio y lo trascendente que son las elecciones de este domingo para equilibrar el Congreso de la Nación”, escribió el mandatario provincial en sus redes sociales.
Otro que irrumpirá con fuerza es el senador Martín Lousteau: “Guga” está haciendo una fuerte apuesta en estas elecciones, posicionando candidatos que responden a su espacio interno -Evolución Radical- y busca avanzar casilleros dentro de la estructura de poder del radicalismo.
El ex ministro de Economía participará por primera vez del comité nacional y lo hará con el apoyo de todas las líneas internas del radicalismo porteño, ya que el distrito cerró una lista de unidad tanto en la convención nacional (órgano q decide las alianzas del partido a nivel nacional) como en los delegados al comité nacional.
La lista de delegados estará encabezada por Lousteau, que consolidó el apoyo total del distrito, e incorpora a todos los sectores internos de la vida partidaria. Así, en la lista al Comité Nacional tiene a María Fernanda Mollard en segundo puesto, Daniel Angelici en tercer término y María Cristina Geninazzi en cuarto lugar.
La nómina de convencionales nacionales se completa con la participación de históricos dirigentes como Enrique Nosiglia, Marcelo Stubrin, Rafael Pascual y Ricardo Gil Lavedra; y mujeres de protagonismo militante como Marcela Larrosa, María Maratea, Cristina Guevara y Silvia Collin, entre otras.
También serán parte de la delegación porteña Francisco Alfonsín, nieto del expresidente; y el diputado local, Ariel Álvarez Palma, entre otros.
Aunque los focos están puestos en la sucesión de Cornejo, buena parte de la disputa radical se concentra en quien obtiene el mayor peso en la Convención, el órgano que saltó a la fama en 2015 cuando en el encuentro en Gualeguaychú cerraron la alianza con el PRO.
Ese espacio es donde se discuten las alianzas y las estrategias del partido y Lousteau llega marcando diferencias con Morales. El gobernador de Jujuy había acordado con el presidente Alberto Fernández derogar las PASO, por lo que el radicalismo porteño cuenta con la propuesta a nivel nacional como requisitos mínimos para una alianza: la posibilidad de usar las Primarias y el mandato a los diputados nacionales para que bajo ninguna circunstancia voten su derogación o suspensión, los pisos y el sistema de reparto y la obligatoriedad del pegado de las boletas de los candidatos a presidentes con los jefes de distrito.
Está todo listo para que, una vez que pasen las elecciones de medio término, el radicalismo vuelva a las internas. Pero esta vez, a diferencia de lo que sucedió en 2015, cuando una parte del partido quería acordar con el PRO y otra no, los correligionarios muestran unidad casi total en dos aspectos. El primero es mantener Juntos por el Cambio y el segundo es la disputarle al PRO el poder dentro de la coalición.
Con información de Infobae