Jugador experimentado de la Legislatura santafesina -es senador por el departamento San Cristóbal desde 1999- Felipe Michlig asumió la semana pasada su tercer período como presidente de la UCR provincial. Pero a diferencia de sus dos primeros mandatos, entre 2004 y 2008, el radicalismo no es el partido golpeado por la debacle del gobierno de Fernando de la Rúa y no se conforma con el rol de partenaire. Ahora, el radicalismo se ve como el nexo que puede aglutinar a toda la oposición al peronismo y la fuerza que puede poner al próximo gobernador o gobernadora. Crítico del discurso de Omar Perotti ante la Asamblea Legislativa, Michlig también le mandó un mensaje a la Casa Gris. “Queremos que este gobierno termine de la mejor manera, porque vamos a tomar la posta”, aseguró.
—Es la tercera vez que preside la UCR santafesina, ¿En qué se diferencia este radicalismo del de mediados de los 2000?
—Es un radicalismo más vigoroso, que está en un reverdecer. Prueba de eso es el mayor protagonismo que ha tomado el radicalismo en Juntos por el Cambio. En las elecciones legislativas pasadas ganamos más provincias que otros partidos de JxC. En Santa Fe, tres de cada cuatro votos fueron para listas encabezadas por radicales, y por primera vez en 18 años tenemos dos senadores por Santa Fe que son radicales. Además, tenemos un partido mucho más unido.
—Históricamente, el radicalismo siempre ha estado atravesado por internas.
—Hemos recreado el affectio societatis entre los distintos dirigentes y las distintas tribus. Hoy tenemos una mesa de conducción con una representación muy fuerte de los diversos sectores. Entendemos que tener un radicalismo unido y vigoroso es el mejor aporte que podemos hacer a la construcción de un frente amplio, potente, programático. En el acto de asunción de autoridades participaron diez partidos políticos, y eso expresa una fortaleza: nadie rechaza al radicalismo, que puede convertirse en el articulador para que todos confluyamos en un gran espacio político que nos permita recuperar el poder.
—En general, el radicalismo acompañó a otros partidos, ¿llegó la hora de un gobernador de la UCR?
—El año próximo se van a cumplir 60 años del último gobernador radical que tuvo la provincia, Aldo Emilio Tessio. Impulsó obras como la primera autopista del país -que une Santa Fe con Rosario- y el túnel subfluvial -que no se terminó durante su mandato-, y asignó un porcentaje muy alto del presupuesto a la educación. Sentimos que por el desarrollo territorial y los legisladores provinciales y nacionales que tenemos estamos capacitados para que un varón o una mujer de nuestro partido vuelva a ser gobernador de Santa Fe. Pero esto tiene que darse dentro de este gran frente que queremos organizar, y con un programa de gobierno que no sólo lo suscribamos quienes estamos en política sino del que también participe la sociedad civil. Como radicales queremos gobernar Santa Fe, pero si esto no ocurriese queremos que un integrante de este espacio que estamos tratando de organizar se convierta en el próximo conductor de los santafesinos.
—¿Cómo piensan el armado de este frente para que todos se sumen?
—Para usar una figura futbolística, no vamos a dar ninguna pelota por perdida. Queremos confluir con los otros partidos en un pie de igualdad. Acá nadie se suma al otro. Y a partir de ahí, organizarnos para responder de la mejor manera a los santafesinos. Los habitantes de esta provincia están esperando que hagamos el esfuerzo y dejemos de lado intereses personales, sectoriales y partidarios y pongamos por delante las necesidades de los santafesinos. Así, el país no da para más, se le debe dejar la espalda al interior productivo y a los que trabajan. Por ejemplo, hace poco tuvimos una reunión con la Bolsa de Comercio de Rosario, y nos plantearon que necesitan accesibilidad a los puertos, tener mayor fluidez para exportar lo que producimos y generar más divisas. Necesitamos un gobierno que se plante ante el poder central y que defienda a los santafesinos.
—Viendo la experiencia del Frente de Todos, ¿pueden construir una alianza partidos con posiciones tan diferentes en temas tan importantes?
—Sí, porque tenemos historia. Y lo hemos demostrado con el Frente Progresista, con el que gobernamos doce años. Fue un proceso de muchos años en la oposición hasta que llegamos al gobierno, y en el poder fuimos de menor a mayor. Espero que nadie se enoje, pero si tengo que calificar, le pongo un puntaje al gobierno de Binner, otro superior al de Bonfatti y el de mejor funcionamiento fue el de Lifschitz. Lamentablemente perdimos la provincia, aunque la oposición dividida sacó un millón de votos, 300 mil más que el actual oficialismo, que nos ganó por 70 mil votos. De eso sacamos dos aprendizajes.
—¿Cuáles son?
—Uno es que tenemos que aprender de los errores cometidos en el gobierno y subsanarlos. El otro es que nadie puede responder individualmente a las demandas de la sociedad. Para gobernar bien la provincia debemos crear algo muy potente, basado en distintas opiniones y acciones, que esté por encima de las diferencias que podamos tener.
—¿Qué le dejó el discurso del gobernador ante la Asamblea Legislativa?
—Me hubiese gustado un poco más de autocrítica, que reconociera que ya entra en tiempo de descuento: transitó el 70 por ciento del mandato. La otra cuestión es que en ningún momento del mensaje sentí que esté dispuesto a construir en ese 30 por ciento que le queda de mandato un mejor futuro para los santafesinos. Me quedó la sensación de que todavía no termina de encontrar el norte, de que perdió la brújula de hacia dónde tiene que ir la provincia. A tal punto de que terminó con muchísimos reclamos al gobierno nacional, del que es parte, pero las quejas aparecieron cuando ya recorrió más de dos tercios de su mandato.
—¿Ustedes ven que el gobierno tiró la toalla?
—Pareciera que sí. Comparemos el discurso de asunción -totalmente en contradicción con el del presidente- y este discurso, que cosechó pocos aplausos, no de la oposición, sino de los mismos diputados y senadores del oficialismo. Necesitamos recomponer las relaciones institucionales, que se vieron muy deterioradas. Como soy un optimista de la política, sigo pensando que es posible que el gobierno retome el diálogo. Desde la oposición estamos dispuestos a acompañar, pensando en el futuro de los santafesinos. Queremos que este gobierno termine de la mejor manera, porque vamos a tomar la posta. Estoy convencido de que nuestro espacio político va a gobernar Santa Fe.
—Hablando de la relación entre el Ejecutivo y la Legislatura, la Casa Gris impulsa proyectos como autonomía municipal y voto joven, ¿cuál es la postura del bloque radical ante estos temas?
—Con la autonomía estamos de acuerdo, pero con los recursos que le corresponden a cada municipio y comuna. En cuanto al voto joven, nuestra Constitución establece la edad para sufragar, y nunca una ley puede estar por encima de la Constitución. En todo caso, lo que hay que hacer es abordar en serio la reforma, no usarla para desviar la atención. En algún momento nos gustaría discutir en serio el tema, pero con el compromiso de que quien gobierna y juró por una Constitución no irá por la reelección. El principal problema es que algunos quieren reformar en beneficio propio. En algún momento tenemos que charlar en serio el tema y ponernos de acuerdo.