Cuando Angie conoció a Carlos no sabía su historia pero no permitió que sus prejuicios le impidieran acercarse. En un posteo que publicó en redes contó la historia completa con un único objetivo: sacarlo de la situación de calle en la que vive desde hace mucho tiempo.

“Es muy dura esta situación, hay que ser más empáticos. Son humanos, no basura”, dice Angie Camurri sin poder contener las lágrimas. Es que todos los días con otros vecinos tratan de ayudar a Carlos que sólo pide una habitación para vivir.

“Hace frío acá afuera, quiero vivir tranquilo en una cama, mi espalda no da más”, relata Carlos cuando le preguntan qué necesita. Utiliza un bastón para caminar y cuenta que en una caída se quebró la rodilla y la clavícula.

Una vecina le trae la comida, otro le regala ropa y algún vecino infrecuente le pregunta si necesita algo. Lo que Carlos quiere es otra cosa.

Hoy es su cumpleaños y Angie le preparó una sorpresa. Con una bandeja de masas y una velita le regaló la esperanza de pedir un deseo: “Quiero vivir bien y que mi hija me venga a buscar”.

“Hace frío acá afuera, quiero vivir tranquilo en una cama, mi espalda no da más”.

Cuando le consultan sobre ayuda no duda en contar que siempre se la han prometido pero nunca vuelven. Los que pasan por la plaza Jerónimo del Barco saben que hace años Carlos duerme en ese lugar.

“¿Cómo es vivir en la calle?”, le pregunta la periodista Roxana Martínez. “Malo”, contesta con una claridad y una simpleza irrefutable Carlos y agrega: “Lo peor de vivir en la calle es la soledad”.

Juan Pablo Maldonado Malanczuk es otro de los tantos vecinos que ayudan a Carlos y moviliza a todo el barrio para conseguirle lo necesario. Ayer incluso, se tomó el tiempo de preguntarle qué quería para su cumpleaños.

Fue difícil conseguir una respuesta pero finalmente Carlos sólo pidió pilas para escuchar su radio. Hoy cumplieron con su deseo.

Juan Pablo también es el responsable de un audio que comenzó a circular en los grupos de WhatsApp contando que Carlos estaba por cumplir años y les propuso colaborar con lo que cada uno pudiera para hacer de ese día, algo especial.

«Con la cuarentena está muy solo, si alguien puede colaborar y quiere, pueden pasar por casa y yo me encargo de llevárselo. Gracias», se escucha en el mensaje que dio inicio a toda esta cadena de solidaridad. Gracias a vos Juan Pablo, le respondemos todos.

Después de la nota, la ayuda comenzó a llegar con mucha más fuerza. Angie y Carlos agradecen pero también esperan que esta historia no sea sólo de un día. La vida de Carlos necesita otro capítulo. Necesita salir de la soledad de la calle.

Gracias Juan Pablo y gracias Angie por hacernos ver esta historia que hace años está allí pero hasta hoy, parecía invisible.