El laboratorio farmacéutico más grande del mundo anunció hoy que comenzará a testear en la Argentina la vacuna contra el coronavirus que actualmente produce y está en fase avanzada clínica, apenas un mes después de que comiencen las pruebas en los Estados Unidos.
Pfizer reveló que la Argentina fue seleccionada para testear la vacuna contra el coronavirus, que ya ha pasado las pruebas iniciales de seguridad en Alemania y Estados Unidos y fue autorizada a avanzar a pruebas de eficacia por la Administración Federal de Drogas (FDA), la agencia del gobierno estadounidense encargada del control de los medicamentos.
Tras un extenso análisis de profesionales de varios países del mundo, un grupo de investigadores argentinos fueron seleccionados por su capacidad logística y conocimiento en enfermedades respiratorias virales, para testear la vacuna que Pfizer fabrica en conjunto con la compañía alemana Biontech.
En el proceso de seleccionar a Argentina por sobre otros países para probar esta vacuna, intervinieron directivos del laboratorio de y un médico argentino. Las conversaciones telefónicas y por Zoom comenzaron en mayo pasado y conectaban a los hombres y mujeres de la compañía farmacéutica con el doctor Fernando Polack, director de la Fundación Infant quien está realizando un estudio en Capital y Gran Buenos Aires para determinar si el plasma de convalecientes de COVID-19 morigera los síntomas en otros infectados.
El infectólogo argentino impulsó un programa sudamericano para testear vacunas respiratorias en Brasil, Chile y Argentina. El médico argentino se especializa desde hace 25 años en enfermedades de las vías respiratorias y su trabajo es conocido por expertos en vacunas y medicamentos contra virus respiratorios en el mundo entero.
Ante la aparición del coronavirus se iniciaron conversaciones para que fuera la Argentina el país que acompañe a Estados Unidos en la prueba de la vacuna de la compañía farmacéutica. Cuando esto comenzó- a mediados de mayo- había muchos países interesados. Polack señaló que “Muchas veces, si tenés el privilegio científico de participar en la evaluación de una vacuna, contribuís a posicionar potencialmente mejor a tu país en la fila de espera de la distribución. De otro modo hay que aguardar que -en caso de que la vacuna sea eficaz- la fabricación escale y esperar detrás de países con más fuerza comercial o estratégica”.
Pfizer está ampliando la base de datos de seguridad en Estados Unidos y para evaluar la eficacia de su vacuna realizará un estudio en miles de personas allí. “Argentina – dijo Polack- ha sido elegida, hasta ahora, como el único otro país donde se evaluará la vacuna. Vamos a participar un mes después de que comience en Estados Unidos. Eso implica que va a haber más de 700 personas trabajando simultáneamente en distintas áreas del programa”.
El médico argentino agregó que “conocer el comportamiento de las vacunas en la población local es siempre importante para los responsables de las decisiones de salud pública, y esta oportunidad permite que Argentina obtenga esta información muy temprano en el ciclo de desarrollo de vacunas”.
“Hemos decidido conducir estos estudios intentando reflejar la diversidad de distintos grupos poblacionales y profesionales en nuestro país. Por lo tanto, los realizaremos en el Hospital Militar Central, donde hemos trabajado con otras programas similares muy exitosamente, convocando a participar a gente de distintas organizaciones públicas y privadas”, señaló el director de la Fundación Infant.
Polack fue informando al presidente de la Nación, Alberto Fernández –a quien conoció en abril pasado- del paso a paso del proceso que terminó con el anuncio que Pfizer realizó hoy. También el ministro de Salud Ginés González García y su equipo fueron mantenidos al tanto de la situación. Se estima que el estudio comenzará en Argentina a principios de agosto y está sujeto a la aprobación regulatoria de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
En este momento según explicó Polack hay varias compañías farmacéuticas avanzadas en la fabricación de la vacuna contra el Sars-Cov-2. Una es la firma Moderna, que testea en Estados Unidos al igual que Novavax. La tercera es la vacuna que resulta de la colaboración entre la Universidad de Oxford y la firma Astra Zéneca y que se testea en Estados Unidos y Brasil. Recientemente Sanofi y Glaxo Smith Kline anunciaron que van a producir otra vacuna. Y finalmente la que ya ha probado Pfizer en Alemania y Estados Unidos y que ahora testeará también en la Argentina.
La vacuna está basada en la tecnología del ARN mensajero, que lleva instrucciones de ADN para que las células del cuerpo humano generen ciertas proteínas protectoras. La misma comenzó sus ensayos en Alemania a fines de abril y en EEUU a principios de mayo.
El primer estudio de Pfizer y BioNTech incluyó a 45 adultos de entre 18 y 55 años, y en él se probaron distintas dosis de la vacuna que, según las empresas, produjeron anticuerpos superiores a los de pacientes que se han recuperado de la COVID-19. En un comunicado, la jefa de investigación y desarrollo de vacunas de Pfizer, Kathrin Jansen, dijo que los datos clínicos son positivos y que los trabajos se están llevando a cabo con la máxima urgencia.
La vacuna, según la nota, fue en general bien tolerada, aunque en algunos casos causó fiebres y dolores locales donde fue inyectada, pero sin que se detectase ninguna reacción grave. Ahora, las dos compañías prevén usar la información recabada para llevar a cabo una prueba mucho más amplia, con hasta 30.000 participantes, y que esperan comenzar a finales de julio si se recibe el visto bueno de los reguladores.
Las empresas indicaron que si el resto de pruebas resultan exitosas y la vacuna recibe la aprobación de los entes supervisores, tienen intención de fabricar hasta 100 millones de dosis en lo que queda de año y potencialmente más de 1.200 millones durante 2021.