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El Ingeniero Gerardo Jullier aseguró que el agua potable que se consume en Ceres, es segura

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(Por Roberto Almitrani).- La Cooperativa de Servicios de Ceres provee de agua para consumo no solo a la red del casco urbano de la ciudad, que alcanza algunas cuadras más del primer anillo de avenidas, sino que además lo hace para los 40 tanques de 1000 litros que suministran el vital elemento a aquellos vecinos que están fuera de la red.

Desde el año 2005 y a través de una planta de ósmosis inversa (sistema de membranas) la cooperativa brinda el servicio de agua para consumo a la ciudad. Al ser agua denominada “dura” por el grado de salinidad que posee, se realizan rigurosos controles diarios por parte del personal de cooperativa y también por personal del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) quien es el que controla que la salinidad y calidad del agua se encuadre en lo que dice la ley 11.220 del ente.

Con relación al trabajo de purificación del agua, el ingeniero Gerardo Jullier explicó que “la planta de osmosis inversa recibe el agua en crudo que tiene alto contenido de sal, es decir hierro, manganeso, zinc, arsénico, plomo entre otras sustancia, a través de las membranas se desaliniza agua. El agua cruda tiene 10 gramos de sales totales por litro y luego quedan con 100 mg de sales totales por litros, enmarcándose dentro de los parámetros ley 11.220”.

Dentro de los análisis que se realizan, Jullier explicó que en primera instancia, mensualmente se recibe al personal del Enress que hace controles,” pero además tenemos que presentar controles trimestrales, semestrales y anuales que los realiza un laboratorio especialista contratado que lleva adelante los análisis, eso sumado a los controles diario que realiza nuestro técnico químico de la planta”.

Pozos de captación

En relación a los Pozos desde donde se toma el agua a depurar, el ingeniero explicó que en total son 50, una línea de pozos van paralelo a las vías del ferrocarril, “esos pozos arrojan agua bastante salada, pero bajo contenido arsénico”, mientras que otra línea de pozos se encuentra sobre la ruta provincial 17 camino a tostado, “en donde el agua registra menos contenido salino pero más arsénico”.

El especialista destacó que las perforaciones se realizan entre 14 y 17 metros de profundidad, y el agua de todos los pozos ingresa a la planta de osmosis inversa para depurarla.

El suelo, la primera barrera contra la contaminación

El responsable de la cooperativa destacó en primera instancia que los pozos de captación se encuentran alejado de la zona de las fábricas de baterías y de fundición que han encendidos las alertas en Ceres, y que hasta el momento no se han detectado residuos de plomo más allá de lo normal en la salinidad propia del agua de la zona.

Además Jullier explicó que “las napas de perfil geológico de nuestro suelo es poco permeable. Si hacés un pozo sacas una calidad de agua y si realizas otro a 10 metros la calidad es totalmente distinta. El subsuelo nuestro es un suelo limoso-arcilloso”.

La historia de la previsión de agua en Ceres

En el relato de un apasionado por el tema y actor primordial del desarrollo de la distribución de agua, Gerardo Jullier, narró que hasta 1997 Ceres recibía cada 15 días un vagón proveniente desde Tucumán a través del ferrocarril Mitre con 50.000 litros de agua, con la cual se llenaba el taque frente a la terminal de la ciudad, allí oficiaba un grifo público y que administraba la municipalidad.

A partir de 1997 varias localidades del norte santafesino recibieron del gobierno nacional, plantas de ósmosis inversa, una de las beneficiadas fue la ciudad de Ceres.

Paralelamente un grupo de profesionales, entre los que se encontraba el propio Jullier, desarrollaba un estudio privado para el proyecto de cloacas y aguas para la localidad. Dicho proyecto establecía la provisión de agua para todo el casco urbano de Ceres, pero que solo llegó a realizar la obra hasta algunas cuadras más del primer anillo de avenidas.

Posteriormente en el mismo año, se implementó un sistema de tanques alrededor de todo el primer anillo, para suministrar de agua a la parte de la ciudad que no se encontraba contemplada en la primera obra.

El Ingeniero Gerardo Jullier narró el tratamiento y cuidados que recibe el agua potable en Ceres y contó la historia del desarrollo de la red de distribución de la misma.

El Ingeniero Gerardo Jullier narró el tratamiento y cuidados que recibe el agua potable en Ceres y contó la historia del desarrollo de la red de distribución de la misma.

La red de aguas potable y cloacas de Ceres se comenzó a construirse en 1999 a través de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la condición que se cree un ente autárquico que maneje la obra, ese fue el puntapié inicial para la creación de la Cooperativa de Servicio de Ceres, actualmente la prestadora del servicio bajo la concesión municipal.

El plan de obra contemplado era de 2 años, pero la crisis del 2001 en argentina la obra quedó inconclusa. Fue así que en el 2003 la cooperativa retoma la obra y la termina finalmente en el 2004, logrando meses después en el 2005, se pone formalmente en servició de provisión de agua a través de la cooperativa.

Las obras que faltan

“La ósmosis inversa es pan para hoy y hambre para mañana, pero es lo único que tenemos hoy”, expresó Jullier, quien destacó que desde el 2014 están luchando por un proyecto que él mismo realizó, para construir un acueducto y lograr llevar a Ceres agua desde Tostado, proveniente del río Salado.

“Realizamos todos los estudios”, afirma el ingeniero, enumerando los estudios de relevamiento topográfico, análisis de caudales entre otros, cotizando la obra en el año 2014 por un monto de 120 millones de pesos aproximadamente.

Entre lágrimas y nostalgia, Gerardo Jullier, finalizó diciendo “ojalá mis hijos lleguen a ver la obra”.