Cuando comenzó el revuelo de la pandemia, desde la oposición comenzaron los cuestionamientos, a destiempo de que el Ejecutivo no podía trabajar este 2020 con un presupuesto reconducido 2019, porque la desactualización que sufrió era «inconcebible».
Desde el Gobierno de la ciudad, el propio Secretario de Hacienda, cuando presentó para su tratamiento el proyecto de la Ordenanza Tributaria, asumió ante todos los concejales de las tres bancadas, que «en un tiempo record» iba a presentar un presupuesto «actualizado» a este 2020, y de esa manera responder ante la «inquietud» de los concejales de la oposición.
El Ejecutivo se puso a elaborar el presupuesto 2020, el propio Andrada llegó al Concejo, que increíblemente tuvo en esa exposición la ausencia de la concejal del bloque Vecinal Soledad Guirado. Todos los concejales presentes, en aquella reunión de comisión no «presentaron» demasiadas dudas, y los números del presupuesto que presume la ejecución de $ 404 millones de pesos, no tuvo «reparos». Incluso, post reunión, hubo conformidad, y hasta decisiones vertidas por los concejales del PJ de acompañar el presupuesto 2020, «en un gesto político apto para los tiempos que se viven».
Pero, la semana pasada, y ante la vuelta de la Concejal Guirado, esa conciliación, y el consenso conseguido tras la visita del secretario de hacienda cambió rotundamente. Guirado empezó a cuestionar, los números y los ítems, y desde el Concejo se pidió que el Contador Andrada, «regrese» al recinto a explicarle a Guirado, y el resto de los concejales de la oposición, «los mismos números que los concejales del PJ habían aceptado en la reunión de comisión.
Desde el Gobierno de la Ciudad asumieron esta invitación como una «tomada de pelo» a la gestión, al Contador Andrada, y a la ciudadanía, mostrándose el Concejo como dubitativo, y creando marcos «opositores» innecesarios y sin fundamentos.
Este jueves, esa posición de oposición por oposición misma se notó, a excepción de Rafael, que votó a favor la moción de Maza de tratar el presupuesto, Guirado, Bono y Fiore, se negaron a tratarlo, exigiendo explicaciones que «ya se dieron en la reunión de comisión».
En una lectura simple de situación, «el Concejo no quiso tratar, lo que ellos mismos exigieron se presente en tiempo récord» y que nunca antes se presentó en los tiempos previstos por ley. Decisión que desnuda a grandes luces que el propio concejo, o algunos concejales, no saben si van para el norte o para el sur, que han perdido, por el rencor mismo de la «falta de protagonismo, su brújula política».