La lluvia registrada es casi 38 por ciento menor que el promedio anual histórico de los últimos diez años (2010-2020), que es de 1.141 mm. Si el análisis se reduce a meses, se desprende que todos ellos estuvieron por debajo del promedio histórico.
El fenómeno no es solo local, afecta a gran parte del continente. Las consecuencias de la falta de precipitaciones queda de manifiesto en la bajante histórica por la que aún atraviesa el Paraná y por las complicaciones en materia productiva y de servicios.
La escasez de lluvias durante el año pasado también quedó en evidencia a la hora de combatir la quema de pastizales, un flagelo que castigó a toda la provincia durante 2020, con implicancias medioambientales y hasta en la salud de las personas
La particularidad es que tanto la falta de precipitaciones en esta capital como la bajante histórica del Paraná tienen un denominador común: es que si bien hubo sequías más pronunciadas y descensos del río más marcados que los actuales, lo que subyace en esta ocasión es la extensión en el tiempo de los fenómenos por más de un año.
Ningún mes del 2020 superó la media histórica de los últimos diez años. “Hubo meses en los cuales estuvimos un 50 por ciento de lluvia menos que la media”, reveló Ignacio Cristina, integrante del Centro de Informaciones Meteorológicas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral.
Según datos del organismo, los meses que registraron más lluvias durante el año pasado fueron enero con 109 mm, con un 15 por ciento menos que la precipitación media de la década. Seguido por marzo con 118 mm, diciembre con 95 y octubre con 91 mm.
“Desde la década del 70, que es cuando se produce el gran cambio climatológico en el comportamiento de las lluvias, tenemos un mínimo absoluto en 2008 con 670 mm y luego se ubica el 2020. En tercer lugar, como año con menor precipitación se encuentra 1997 con 786 mm”, describió a UNO Cristina.
El 2008 quedó marcado por el impacto de una sequía extrema, que golpeó severamente a la producción ganadera de la provincia. En ese entonces, el fenómeno provocó un éxodo rural en el norte de Santa Fe y la muerte aproximada de 150 mil cabezas de ganado.
La escasez de lluvia, que comenzó a manifestarse en la última parte de 2019, se agudizó y profundizó en el 2020.
“Si contemplamos julio de 2019 a diciembre de 2020, estamos más o menos en el entorno del 24 por ciento por debajo de la media histórica», afirmó el especialista
En tanto, si se analiza solo 2020, se desprende que se está casi un 40 por ciento por debajo de la media de la última década (2011 – 2020) que es de 1.141 mm.
Consultado sobre las perspectivas de lluvias para los próximos meses, el especialista graficó: “El Instituto Nacional del Agua prevé para nuestra zona, centro sur del litoral argentino, para el trimestre enero-febrero-marzo, condiciones deficitarias de precipitación. Se habla de un 95 por ciento de posibilidades de que se mantenga la Niña”.
El informe del organismo nacional señala, con respecto a la cuestión hidrológica, que durante el trimestre de interés, los niveles en el río Paraná en territorio argentino, incluyendo el delta, se mantendrán oscilando en la franja de aguas bajas y se prestará especial atención a los efectos de posibles repuntes de corto plazo, especialmente desde el río Iguazú».