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Editorial: Una asamblea barrial con síntomas de «fiebre» y para usar el «termómetro»

El Gobierno de la Ciudad, a pesar de sus aspiraciones de no quedar pegado a cualquier resultado que vaya a surgir de la decisión de los vecinos en Barrio Malvinas Argentinas, en su próxima asamblea, sabe que jugó fuerte en una de sus primeras intervenciones políticas para que un distrito barrial renueve sus autoridades.
Quedó claro que la convocatoria de manera oficial por parte del Gobierno local, la difusión en los medios de comunicación de la asamblea, lo hace indirectamente partícipe de la contienda entre dos o más listas, que vayan a presentarse el día miercoles.
Pero, avisan fuentes allegadas a los pasillos del municipio, que se procedió como debia hacerse, «el municipio convoca usando su estructura de difusión, pero deciden los vecinos». Esta será una de las patas del proyecto que irá al Concejo cuando se comiencen las sesiones ordinarias, y se trate la nueva reglamentación para elegir autoridades en una comisión vecinal.
Esto no debería tener reparos, ya que si se busca que algo tenga intensa difusión, es que el municipio se haga cargo de la misma, como ahora, con el Malvinas, en medio del tire y afloje en una contienda que parece parar peronistas o radicales de un lado y del otro.
Una vez cerrado el resultado de las elecciones vecinales en ese distrito, habrá que revisar el impacto en cada una de las huestes. El Gobierno no puede dejar de darle una lectura concreta a la elección, como tampoco lo dejará pasar por el alto el sector más avezado de la oposición.
Aunque, los vecinos miran o escuchan como se habla con tanta vehemencia del barrio, es que para algunos de todos ellos sus problemas o las soluciones a los mismos no estan centradas en la elección barrial. Por eso ya han decidido no participar. En otros, y por las cuestiones lógicas de exposición, esta elección no es más que un manoseo politico al que ya se venian adaptando de años anteriores. «Gane quien gane, acá no va a cambiar nada, y el barrio va a seguir igual» se leyó en uno de los tantos mensajes leidos en el programa matutino de Maxima FM.
El Gobierno, y la oposición parecen enfrentarse en una primera contienda «indirecta», pero el resultado de ese enfrentamiento tendrá sus costos. En los sectores que se pusieron en otra vereda al gobierno, afirman que «ellos tienen más para perder que el peronismo que ya no gobierna».
En el Gobierno, están diagramadas distintas estrategias, para expresarse sobre ese resultado barrial. Hay algunos, más férreos políticos, que afirmaron a este medio que en caso que no se logre un resultado conveniente, «habrá que hacer rodar alguna cabeza» del gabinete o de las segundas filas. De esto, algunos miembros del equipo, no saben demasiado. Pero es una posibilidad firme.
En la busqueda de demostrar gobernabilidad, y un trabajo afianzado en obras y servicios, o cuestiones sociales, hay cosas que se deben cocinar antes de prender la «cocina».
En las esferas políticas saben muy bien que una sola «manzana» de vecinos hacen tambalear estructuras, y hay que estar siempre con las luces «prendidas».
Cosa que en esta oportunidad no sucedió. «Ojo que en la oposición se busca herir al gobierno imponiendo gente del palo en los barrios» destacaron allegados al gobierno.
Esa tampoco es una novedad. Todavía hay algunos que responden a los politicos anteriores, en su devolución de gentilezas, más que por ideología política.
Los llamados telefónicos se han cruzado intensamente durante los últimos días, y todavia seguirá sucediendo.
Para sintetizar, una convocatoria masiva le habrá aportado alivio al gobierno. Una derrota barrial le arrimaria alguna que otra esperanza a la oposición que seguirá de cerca, que la asamblea no sea ganada por personas que jamás acompañaron la gestión anterior. Aunque los vecinos, la gran mayoría, no vaya a solucionar sus verdaderos problemas en esta asamblea barrial, seran un factor de «medición primaria» en un año donde todo lo que se haga o se toque tendrá connotación política.

Martin Farias