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Editorial: Una actualización, una expulsión y los culebrones de la politica

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Una semana plagada de politica. Hartante, pero para los sabedores de los tiempos políticos nada sorpresivo. Es que el alegato de Luciani y el pedido de 12 años de prisión para la Vicepresidente Cristina de Kirchner, la respuesta via You Tube de la acusada, y el delirio de los «fanáticos» que no son descamisados, intentaron armar un 17 de octubre en plena tormenta de Santa Rosa.
Pero cuando todo se lo «robaba» el ámbito nacional, en Ceres esos tiempos políticos tambien se sintieron con rigor. Ahora, planteemos las cosas por donde terminan, y dejemos el comienzo para el final.  Se aprobó la actualización de la Unidad de cuenta Municipal (UCM), en un 30%, y en dos tramos del 15% hasta fines de 2022. Fue 4 votos a favor, y dos «huidas». La acompañaron Lemos, Dutto, Meshler y Uberti. E aquí, en este último apellido, el hecho del cimbronazo politico. Por acompañar lo que se aprobó, el peronismo ceresino, no le perdonó a Uberti esa adhesión. Pidió su expulsión, lo trato de traidor, y de desleal. Lo hizo a traves de un comunicado, tal vez los mismos que escribieron la nota, no se animaron a plantearle a Uberti cara a cara una resolución que se «sospecha» partidaria.
Ahora, en el peronismo claramente reina una enorme falta de memoria, se nota ese enojo propio de no gobernar. No tolera ser oposición, no sabe serlo. Comete errores y ve fantasmas donde no los hay. Pero no es la primera vez que embate contra dirigentes del propio partido. Con Giovaninni, por ejemplo, no hay pedido de expulsión, aunque la aborrecen no se animan a tanto. Para ese peronismo encolumnado detrás del Concejal Busquets, atentar contra Luisina Giovaninni sería perder ese pequeño lazo invisible de tirar por la borda cualquier aproximación al gobierno provincial, que será el que financie la campaña de «todos» el año que viene.
Tiene mala memoria el Justicialismo, porque a pesar de la condena social a la que se sometió en el último periodo de la intendencia de Busquets, y después de su salida del gobierno, intenta buscar «deshonestos» en otros partidos. Por ese simple motivo «echó» a Uberti del partido, y gestionó su desafiliación del Justicialismo. Lo proscriben por haber votado una actualización de la UCM que todos sabian,  hace meses lo comentó el propio secretario de hacienda en un medio de comunicación, iba a darse. Lo disimularon torpemente queriendo negarse a una actualización por «inflación», cuando el propio Frente de Todos, al que ellos respaldan, son los verdaderos autores materiales por la ingobernabilidad que demuestran. Fernandez, Cristina, a la que apoyaron después de los alegatos del Fiscal Luciani, Massa y toda la orquesta de Nación, son los que no pueden frenar la inflación que es la que acarrea a que todo lo que se escribió hace un mes atrás no pueda cumplirse. No puede haber previsibilidad en los números a ejecutar por parte de un gobierno municipal, en un panorama «estallado» en lo economico.
Pero no se hicieron cargo, tampoco van a hacerlo, porque para estos peronistas locales, el Gobierno Nacional es impoluto y perfecto, por eso era más fácil echarlo a Uberti, que con más coherencia discutió la decisión, incluso logrando que se achique el importe pedido del 40% al 30%. La sociedad conoce muy bien con que «bueyes está arando». Eso también le molesta al peronismo.
En el gobierno local ya saben que deberán enfrentar una busqueda constante del PJ, de hechos de «corrupción» para escupirlos en campaña politica. Ya están argumentando que «estos no son mejores que nosotros«. Vaya frase. Si no encuentra un hecho corrupto de la gestión actual, el peronismo tendrá enormes dificultades incluso para sentar concejales en el 2023. Golpear a Dupouy y su gabinete por donde sea, pero que ese golpe sea con un hecho de corrupción. No se acepta otra cuestión. Por ahora se conforma con echarlo a Uberti.
Pero antes de que Uberti sea expulsado del Peronismo, la concejal del Vecinalismo, dio entrevistas, paseo por los medios su postura y argumentó que no le cierran los números ejecutados, y denunció mediáticamente desprolijidades. Por eso decidió levantarse y no estar en la sesión. Para Guirado el tema entró por la ventana, a pesar que sabia que se iba a tratar por un dialogo que con Lemos mantuvieron horas antes, con la premisa de que esto «debia salir o salir«.
A Guirado, la quisieron empardar desde el peronismo, porque fue la propia Guirado la que denunció que Uberti habia caido en las redes del oficialismo. El justicialismo reaccionó después. Guirado propone que la oposición está para «oponerse», aunque en varias ordenanzas haya acompañado con su voto positivo. Su relación política con la gestión del gobierno está quebrada desde el primer día y nunca mejorará, todos los saben.
La concejal comete, en su afán de que se crean sus dichos, un error en mostrar papeles, mensajes y documentos. Escribe lo que argumentará y uno de sus tantos borradores fue expuesto por Miguel Andrada, que en una conferencia de prensa la dejó mal parada al responderle cada cuestionamiento. La edil es una cuestionadora serial, y asi lleva adelante su tránsito por el Concejo. Incluso es una de las pocas que interviene ante cada nota ingresada, u ordenanza tratada, usa sus contactos en municipios y comunas ante cualquier duda que afecte el normal acatamiento de la popular 2756. Pero ese protagonismo excesivo le juega un efecto bumerang. No consigue penetrar en la sociedad como ella pretende, y eso le molesta.
Asimismo, y dicho por los propios concejales, que haya posturas férreas y opiniones diferentes, la relación personal entre todos no es mala. Al fin y al cabo acá no se trata de cuestiones personales, se trata de defender convicciones, y si Uberti estaba convencido que debia acompañar esta propuesta del Gobierno local la acompañó. Sus ex «cumpas» no lo entendieron asi, prefirieron respaldar a Cristina, que tratar de hacerle saber a un concejal de su propio palo, que hay que «desfinanciar» al gobierno de Dupouy. Al fin y al cabo es el único motivo de tanta furia contra un hombre que cuando gobernó Busquets, defendió lo indefendible en el Concejo, que llevaba todo cerrado y se votaba o se votaba, porque la mayoría de votos en el edificio legislativo era peronista. Cuando se pierde la memoria se cometen errores, y el peronismo, una vez más, los volvió a cometer.

Martin Farias