Cuando el 21 de septiembre se le daba la bienvenida a la estación «más linda» por sus temperaturas y cantidad de celebraciones, nadie sospechaba en aquel dia que la estación «mas deseada» se transformaría en Ceres y la región en la más «dura, insalubre y fatal» de todos los tiempos.
Aunque suene un articulo fatalista, a las pruebas nos remitimos. Cuando comenzó la «primavera» Ceres, contaba solo con 24 personas infectadas con Covid 19, y el número de personas que no pudieron reponerse y fallecieron con la enfermedad eran 2.
Es bueno repasar el entorno, Hasta ese momento las localidades del departamento San Cristobal que habían sumado casos de Covid 19 eran Ceres con 24 casos, San Cristobal con 3, Suardi con 3, y Moises Ville con 2, uno de ellos reportado en otra jurisdicción. San Guillermo, hasta ese 21 de septiembre no habia reportado positivos, y se convertía en la única ciudad de la provincia sin casos de coronavirus. Algo que cambiaría a los pocos días.
Muy lejos de aquellos números, la primavera que para muchos será la peor de todas por siempre, se despide con 464 infectados totales en Ceres, 344 pacientes recuperados, 11 fallecidos. Lo mismo para el resto de las ciudades del departamento que multiplicaron sus cifras de manera sideral, con fallecidos en practicamente todos los distritos donde se detectaron positivos, y un mapa del departamento que solo dejó a 10 pequeñas localidades sin casos de Covid 19.
Sin lugar a dudas, la propagación del virus, y es válido analizarlo, se dio en el contexto de las temperaturas más agradables, la liberación de miles de actividades para ingresar a la nueva normalidad, y la baja de la guardia, ante la salida del invierno, donde se sospechaba se iban a dar la mayor cantidad de casos.
Esa confianza a la que «instintivamente» nos aferramos los ceresinos nos jugó una mala pasada. El diagnóstico se echo por tierra rápidamente, cuando apareció un caso los primeros dias de octubre, y desde allí, hasta este 20 de diciembre jamás se detuvo.
En números concretos, Ceres sumó en 4 meses 440 casos positivos, 9 personas fallecidas, y varios internados en el área Covid 19 del hospital local, y en Rafaela.
Los contagios treparon a números inesperados por todos, y se pudo ir definiendo cuales se convirtieron en los principales focos de propagación, principalmente atadas a las reuniones afectivas (de amigos), y las reuniones familiares, el compartir mates, jarros o envases de bebidas, entre otras.
Lejos quedó aquello del «paciente» cero, para identificar toda una cadena de contagios. Ahora, se dan casos sin siquiera tener un nexo concreto, es decir que ya no se busca un «paciente» X, y de alli atar la cadena. Todos los casos de Covid 19 que se han ido reportando vienen de distintas «cadenas» y eso ha convertido a Ceres y muchos otros lugares en ciudades de transmisión comunitaria.
Las medidas de prevención no han cambiado, si se han logrado sostener las más efectivas, estos cuatro meses de estupor, muerte y pandemia, en Ceres nos permitieron saber que el uso del barbijo, la distancia social de 22 mts, el frecuente lavado de manos, y evitar conglomeraciones en lugares cerrados, son un factor de «inmunidad» claves.
Tambien se han ido conociendo otros síntomas, que hasta el inicio de la primavera no eran tan tenidos en cuenta, como la perdida del gusto y el olfato, o la aparición de dolores gastrointestinales repentinos.
Conocidas todas estas nuevas advertencias, es que desde lo malo que nos deja como saldo la primavera, tendremos que adaptar nuestro verano. Más gente tenemos alrededor, más contacto sin cuidados tenemos con ellos, más fácil contagiarnos de Covid 19.
Las consideraciones puestas de manifiesto por parte de las autoridades sanitarias para evitar un verano tan nefasto como la primavera que se va no es «incongruente» con lo que estamos viviendo.
La vida sigue, debe seguir, pero esa vida está atada hoy a un barbijo, mantener distancias, demostrar menos afecto con abrazos y besos, todo parece una locura, pero asi viviremos por bastante tiempo más.
MARTIN FARIAS