A pesar de que se intenta, e intentó, nadie puede negarlo, acortar caminos entre Ejecutivo y Oposición, la fórmula no funcionó. Para muestras solo falta un botón. No hubo manera de hacer entender de la importancia de asentar el debate con los pies en la realidad, y no fuera de ella.
Pero, desde que asumió esta composición del Concejo, a excepción del Concejal renunciante Pablo Bono, a quien el propio Gobierno consideró por su posición dialoguista, el resto y ahora con la suma de Sergio Uberti, no ha forjado acuerdos tácitos para ir en busqueda de una salida más menguada de la apabullante realidad.
No pasa solo por evaluar el papelón de los 3 tramos de actualización de UCM; porque a las claras, la realidad pinta quien es quien en el show. Hay personajes que no necesitan vestirse con ropas de colores, o ponerse una nariz roja para simular su imagen payasesca. Lo aseveran cada vez que se sientan a dialogar afuera del recinto a modo conventillo. Buscando generar discordias, desamores, y lo más llamativo, buscando generar lástima electoral.
Hay una fuerte ola de desprestigio al que ha llegado el concejo deliberante, o municipal, como querramos llamarlo. Y no es porque el Gobierno haya decidido aplastar el poder Legislativo, ni mucho menos. Jamás un secretario, director o funcionario se ha negado a sentarse en el recinto y dar explicaciones sobre, gastos, obras u proyectos. Esa estrategia gubernamental, que prefiere hablar cara a cara y no por medio de papeles como sucedió por años, ha descolocado desde siempre a los Concejales de la oposición. Sería mejor para ir a vociferar a los medios de la ciudad, que los funcionarios se escondan en sus oficinas y decidan no «bajar» al Concejo. Eso les daría un guión a los opositores para atacar al gobierno de que lo que hace, lo hace en la oscuridad de otros tiempos.
Es probable que los ediles de la oposición, son 3, Fiore, Uberti y Guirado, no se hayan dado cuenta de que es una «estrategia» política. No tenemos dudas de eso. Porque han demostrado hacer cosas, o votar proyectos con el ánimo de ser considerados «opositores serios» pero se quedaron en las gateras. No hay seriedad cuando solo se busca acicalar acuerdos, o emplear el tiempo de una sesión para idealizar una ordenanza que no tiene nada que ver con la realidad imperante. Esa realidad que abriendo la ventana del edificio del Concejo se ve. Prefieren no hacerlo, la única fórmula es «escribir papeles, a modo de proyecto de ordenanza, que impidan al gobierno hacer algo.
Las DDJJ que pondrá a disposición cada uno de los funcionarios del gobierno de la ciudad es otra «estrategia» que dejará sin argumentos a los «opositores». Que ya vienen gastando sus «balas» en pegarle a los funcionarios con el desarraigo, las polémicas renuncias, los doble rol, y otra mediocridades. La oposición hace evidente lo que pretende. Y lo más serio es que dicen ser «defensores de los derechos de los ciudadanos que los votaron en una elección».
Escuchar esa argumentación, uno se pregunta, que se hizo desde ese sector político (?) para mejorar la vida diaria de los ciudadanos que los votaron y de los que no. Duele decir no se hizo «nada». Pero absolutamente nada. ¿Hay incapacidad, hay maniobras de titiriteros en las sombras, que hay detrás de cada argumento presentado por estos miembros de la politica local?. El secretario de hacienda sostiene que no hay «ninguna estategia politica en sus decisiones», si es asi, ¿como conciben ser parte del esquema político?. No hay respuestas-
Martin Farias