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Editorial: Convivir con el virus, y afrontar la nueva normalidad, más dificil de lo que creíamos

Se camina por un hilo muy fino, y todo lo que se decida o se imponga, venga desde el sector que venga será motivo de discusión. El Covid 19 ha conseguido eso, lo mismo que meses atrás, cuando comenzaron a habilitarse las actividades hasta soñar con el arribo a la ansiada fase de la nueva normalidad, ya veníamos advirtiendo.
Hace más de 7 meses, lo que decia el Presidente de la Nación fue palabra sagrada, eso hoy ya no existe. Y no solo porque quienes le tiran la contra sean justamente de un partido politico opositor, sino porque la realidad marca otra cosa.
Es muy dificil tomar un determinación hoy ante tanta revolución de los ciudadanos. Ya nadie quiere saber de que se trata, se quiere saber adonde vamos.
No es casual que la imagen del primer mandatario argentino, y su gabinete se haya desplomado semana tras semana en plena pandemia.
La ciudadania vive dias tensos, de angustia, temor, y desidia. No solo es el temor a enfermarse de un virus del que todavia se sabe poco, sino perder todo lo que años se lucho para conseguir. El COVID ha logrado su objetivo, vino para que todos nos planteemos que será del futuro próximo.
Hacer confinamientos globales ya no existe. No hay medidas que puedan confinar provincias enteras. Eso es algo que ya se viene haciendo, nada más que en los pequeños pueblos no se nota. Los pueblos han dejado hace muchos meses atrás sus cuarentenas, no existen, y practicamente los anuncios que se hagan no tienen relevancia. En las grandes ciudades si importa, porque está en jueego todo, el estado de salud, pero también el económico. En las grandes ciudades todo parece irse al precipicio. Es lo mismo que sucede en localidades como Ceres, ubicada en una provincia, donde hay dos sectores muy diferenciados en el tema de contagios. El centro sur está explotado pero, en el norte todavia a pesar de los contagios hay alivio.
Ante este cuadro, que es valedero y que no?. La gente opina, descree que el confinamiento o el cierre de las actividades sean la verdadera solución. Y lo hacen porque se ven hartos de una cuarentena impuesta en marzo, y que ahora a 7 meses, tiene su pico más alto en el interior del pais.
Los que exigen que todo se libere, no haya más controles en los ingresos, o en las rutas, no están equivocados, pero tampoco lo están quienes afirman que hay que sostener ciertas restricciones.
Lo individual suma a lo colectivo, y ahi está el gran punto de debate. ¿Que hacemos cada uno de nosotros para adaptarnos a la nueva normalidad? Parece que poco. Primero porque no se respetan lo que ha desatado el contagio masivo en todas las provincias, como el encuentro de amigos o de familias. Es que esa costumbre este coronavirus vino a hacerla pedazos. Y los humanos nos resistimos a eso. No podemos permitirnos encontrarnos con un amigo y poner la pava para los mates, o irnos al kiosco de la esquina a tomar una cervecita, y sin vasos. No podemos creer que el coronavirus nos impida comer los ravioles de los domingos, o el asadito de amigos entre semana. Ah´esta la clave de porque el maldito coronavirus nos gana la batalla y hace que tengamos que sobrellevar el viaje en su combate con un pie en el acelerador pero otro en el freno.
No hay dudas, en siete meses que la única solución han sido el barbijo, la higiene y el distanciamiento social. Si no aprendemos estas tres formulas, vamos a seguir matandonos en las redes sociales para que el presidente renuncie, o los intendentes controlen más en los ingresos a los pueblos.
El Covid 19 ya sabemos vino para no irse nunca más. Y es lo mismo que la gripe y todas sus formas, y el resfrío, vamos a tenerlo siempre, solo que si lo atacamos con los metodos preventivos se le va a hacer dificil avanzar.
No hay que caer en la imprudencia de convocatorias masivas en dias bravos, no caigamos en las fake news de que esto es solo una gripecita, porque no lo es.
A siete meses, el gobierno debe replantear sus estrategias y mostrarnos la luz al final del tunel, pero solo no puede hacerlo, simplemente porque nosotros mismos tenemos la solución. No podemos verla, porque nos enceguece que un virus nos frene lo que hasta marzo de este año creiamos como una normalidad, que tampoco existe más, pero resistimos, queremos seguir con los amigos, queremos jugar al futbol, armar fiestas de convocatoria masiva como casamientos o baby shower. Eso tendremos que entenderlo, son parte del pasado, y cada vez que desafiemos las normas, cuando lo realicemos será considerado clandestino. De locos, pero asi debemos a acostumbrarnos a vivir en la nueva normalidad.
Los familiares lejanos, que cada vez parecen más lejanos, tendremos que encontrar los caminos para acortar esas distancias. El virus ya nos puso a pruebas y el ser humano no puede convivir con las querencias a distancias siderales. No esta en nuestro ser, nunca aprendimos a convivir con las ausencias.
El COVID llegó para decidir que las cosas que hoy nos enfrentan, en algun momento de la post pandemia deberán reunirnos. No podremos ser mejores después de esta pandemia si seguimos viendo todo, solo por nuestros propios ojos, y desde el individualismo.
No habia nada escrito antes de esta pesadilla, pero servirá para que generaciones futuras puedan contar con lo que dejará esta generación, que enfrentó a un virus que puso en contrapunto, la salud, la convivencia y la economía.

Martin Farias