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Editorial: Caña con ruda, presupuesto, auditoria y algo más

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El presupuesto 2020 originó los chispazos que se esperaban desde el Concejo. Fue una semana de idas y vueltas entre ediles, y funcionarios del Gobierno de la Ciudad por los números a ejecutar durante el año de pandemia.
Hay intereses notorios desde el Concejo municipal, y la realidad los expuso. Más allá de los cuestionamientos lógicos que origina la ley madre, hay detrás de cada concejal un interés puesto de manifiesto. Lo habíamos advertido, sin ser adivinos, hace siete días atrás en una crónica similar.
Las explicaciones y los consensos primarios tras las explicaciones desde Hacienda, cayeron en sacos rotos en pocos días. La tropa del PJ y el respaldo del Vecinalismo hicieron mella en los acuerdos primarios. Aunque lo nieguen, desde el PJ hubo cruces para el tratamiento del presupuesto. Uno de los concejales que se mantuvo en silencio pero «desmoronó» la estrategia de la oposición fue Rafael.
Hay que leer el contexto de como está evaluándose ese presupuesto confeccionado en plena «pandemia» por exigencias de un cuerpo de ediles a los que claramente les falta «tacto» y «pulso» político. No supieron y tal vez tampoco lo aprendan, a esperar «los momentos» en los que la política, deba ponerse por encima de los tiempos y la realidad.
Hay formulismos partidarios que sostienen que «primero» está el partido al que representas y te puso en la banca, «después» viene lo otro, el consenso, el dialogo, y si amerita, una «aprobación».
Todo esto parece haber «batido» el Concejo, y por eso han quedado claramente expuestos los motivos por los cuales 3 se acercaron al si, y otros 3 quedaron del lado del no.
En el Gobierno de la Ciudad, a pesar de la experiencia en el poder, le vienen tiempos de poner de relieve quien es quien entre los que «apuntan» con los cañones gruesos al fracaso de la gestión. Poner palos en la rueda ahora, desde la oposición se considera necesario. Son tiempos donde «el gobierno» cobra bríos y si los consigue más adelante será dificil «trabar» y agrietar la gestión.
Hay molestias en los circulos de la oposición. En las líneas del PJ hay inquietud por lo que se hace desde el Gobierno. Los vetos de Dupouy, en un contexto dificil por la pandemia, hirieron a la oposición fuerte del Concejo. Pero lo que más molesta, es el consenso a los que los somete la Intendente cada vez que envía proyectos ejecutivos al recinto. El tiempo de discutir un presupuesto tal vez no sea hoy, pero el gobierno obliga, porque también politicamente analiza que «expone» a los concejales ante la opinión pública. Y tiene argumentos para hacerlo. La acción en la obra pública detenida en el tiempo por un pésimo 2019 de la gestión anterior, el acomodamiento financiero de arcas devastadas y endeudadas, la efiecientización a la que se ha sometido a la planta municipal, y el respaldo constante del Senador, atosigan a los que «deben oponerse». Encontrar pelos al huevo se hace necesario en tiempos de embate, sostienen puertas adentro de las filas opositoras. «Hay que salir a mostrar que no todo está bien» le dijo a un concejal uno de los asesores con pasamontañas. Otro asesor fue un poco más allá, y le contó a un edil «jamás la UCR acompañó los dibujos presupuestarios del PJ mientras gobernó, no vamos a hacerlo ahora nosotros con ellos».
Esa es la realidad, y como sostenía el famoso «general» la única verdad. En el gobierno no son ilusos, y ya hablan que hay un voto en «contra» seguro y es el del Vecinalismo. El voto del presidente decide, por si o por no. Hay 3 y 3, Rafael acompañará, porque sostiene «que no es tiempo de poner palos en la rueda» algo que sus compañeros de bancada no pueden asumir.
La estrategia, a la que uno puede especular es «esperemos la auditoria». No ha quedado bien parado el gobierno anterior, con la denuncia de la entrega de terrenos fiscales a dedo. Ni siquiera los propios beneficiarios de esa aberración andaban contentos cuando se empezó a sacudir el avispero. Algunos prefirieron adelantarse y sentarse a negociar con el Gobierno el pago del lote donde ya tienen construido su hogar, y limpiar su buen nombre.
Pero la auditoria, que ahora está prometida para agosto, dejará muchos flancos abiertos. Y en el PJ lo saben por ese motivo, algunos prefieren poner trabas ahora, y planificar la defensa. «Los números son lapidarios, en algunas áreas no cierran con nada» destacan desde los pasillos del edificio municipal. Hay dineros que llegaron y no hay un solo papel que justifique en que se gastó. Será un golpe duro ante la opinión pública. En el concejo lo saben, porque se acompañó eso sin decir nada, o cuestionar la ejecución de esas partidas. Vienen semanas agitadas en lo político, un presupuesto, una auditoría, y la «caña con ruda» para invocar a la Pachamama, y que los salve de quedar en ridiculo en tiempos de pandemia.

 

Martin Farias